El tomate tiene alto contenido de vitamina E y licopeno -potente antioxidante-, lo que contribuye a reducir el riesgo de cáncer de próstata, según señala el Círculo de Braquiterapia Prostática, en España.
Los expertos advierten que esto debe ir acompañado de la práctica regular de ejercicio físico, además de una dieta equilibrada que incluya abundante consumo de frutas, verduras y hortalizas.
Otro dato muy importante a tener en cuenta es la edad. A partir de los 50 años existe mayor probabilidad de padecer este cáncer por lo que desde ese momento se recomienda realizar mínimo una vez al año el examen a la próstata.
La idea es conseguir un diagnóstico temprano y en caso de padecer la enfermad contar con una mayor tasa de curación.
Pero ojo, si existe el factor genético, es decir, un miembro directo de la familia lo ha tenido el examen debe comenzar a realizarse desde los 45 años de edad.
La obesidad es otro factor a considerar, ya que se estima que los hombres con sobrepeso tienen el doble de riesgo de padecer la enfermedad. Es por esto la importancia de hacer ejercicios y llevar una sana alimentación.
TRATAMIENTO
El diagnóstico precoz de esta enfermedad ayuda a aplicar tratamientos pocos invasivos y con menos efectos secundarios respecto a otros procedimientos.
Uno de ellos es la braquiterapia prostática, la cual consiste en la implantación de semillas radiactivas (Iodo-125) en el interior de la glándula, provocando que la radiación se concentre en donde está el tumor reduciendo la incidencia en otros órganos sanos adyacentes, tales como la vejiga y el recto.