El veneno de la Loxosceles laeta (araña de rincón) es el más letal de los insectos existentes en Chile.
En ocasiones, la mordedura de este arácnido puede destruir la piel y los glóbulos rojos, lo que incluso podría provocar la muerte en caso de no reaccionar a tiempo.
En conversación con 24horas.cl. el doctor del Centro de Toxicología "Cituc" de la Universidad Católica de Chile, Juan Carlos Ríos, explica que el veneno de la araña puede provocar dos lesiones.
La primera y más frecuente es la lesión cutánea, es decir una lecrosis. El segundo y menos frecuente es el síndrome visceral, provocando la destrucción de los glóbulos rojos -encargados de transportar oxígeno a los tejidos del organismo- y una insuficiencia renal aguda que puede derivar en una falla multiorgánica, pero que según aclara el toxicólogo, sólo lo desarrollan entre un 10 y 17% de las personas.
A continuación te entregamos una serie de recomendaciones de lo que debes hacer en caso que seas mordido por este arácnido:
. Acudir inmediatamente a un servicio de urgencia, idealmente, con el ejemplar. El doctor Ríos aclara que la idea no es que la persona intente cazar a la araña, sino más bien matarla y luego ponerla en un frasco.
. Lavar la zona con agua y jabón y luego aplicar frío local: lo ideal es poner hielo en la zona afectada de forma intermitente, no más de 15 minutos cada hora.
¿Existe o no un antídoto disponible en Chile?
Sí, en nuestro país está disponible el suero anti-loxosceles, más conocido como suero antiarácnido.
El antídoto se almacena en la Posta Central, en la sección farmacéutica del "stock crítico crítico", desde ahí se distribuye a los recintos hospitalarios de todo Chile, una vez que se solicita. Mismo departamento en el que aseguran que hay dosis disponibles y que su uso no ha sido descontinuado.
El antídoto es parte del stock farmacológico de urgencia. El Ministerio de Salud, determinó que el suero forma parte de el listado de medicamentos indispensables para enfrentar ciertas patologías de baja incidencia pero de alta letalidad.
