Investigadores de la Universidad de Yale analizaron los cerebros de distintos padres primerizos y concluyeron que hay una serie de cambios adaptativos que se dan en este órgano cuando un hombre comienza a criar un niño.
Aquellos padres que se involucraron activamente en enseñar a su hijo se adaptaron más rápidamente y adquirieron rasgos de personalidad más maternales que aquellos que permanecieron distantes al bebé.
Entre los cambios al cerebro de los padres está la expansión de la materia gris y el crecimiento del corteza prefrontal del cerebro, dichos cambios mejoran el manejo de distintas tareas a la vez, pero merman ligeramente la memoria de los hombres.
Las interacciones entre padre-hijo y el enlace emocional que se crea a través de estas son la base para la unión de ambos a largo plazo, relación que influirá en las funciones cognitivas y de socialización del niño en el futuro.
Los cambios también se dieron en los cerebros de los padres gay que estaban involucrados activamente en cuidar a sus niños.
Son básicamente siete las formas en que el cerebro de un hombre se ve afectado por la paternidad: más materia gris, mejor manejo de múltiples tareas a la vez y respuestas emocionales, mayor capacidad de detectar las necesidades del bebé, pérdida de memoria y empobrecimiento de la toma de decisiones.
El estudio siguió a 16 profesionales en distintas etapas de la vida de sus hijos, escaneando regularmente sus cerebros y sometiéndolos a un detallado escrutinio; la publicación completa se presentó en la revista científica Social Neuroscience.
Foto: Agencia Uno.