El 18 de septiembre es por lejos una de las fechas más esperada por los chilenos. Serán cinco días intensos de celebración y buena mesa- donde las empanadas, carne, choripán, mote con huesillos y el tradicional “terremoto” son los alimentos más consumidos por las personas en esta festividad.
Como todos los años, el ministerio de Salud (Minsal) ha hecho un llamado a consumir alimentos en lugares autorizados para prevenir intoxicaciones. Asimismo, entregó una serie de recomendaciones como preferir aquellos productos con menos sellos de advertencia al momento de comprar; disminuir el consumo de alimentos con alto contenido en calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio.
¿Se puede pasar un 18 sin arrepentimiento? A juicio de Paula Abaroa, nutricionista Coordinadora de Nueva Clínica Cordillera, más que prohibiciones alimenticias, las claves para disfrutar durante y post fiestas patrias es comer con moderación. Para ello, la profesional aconseja:
- Bajar la carga energética en las comidas y bebidas. Por ejemplo, preferir las carnes magras (asiento, lomo, filete), pues tienen menos grasa.
- Combinar los asados con abundantes ensaladas, puesto que el alto contenido de vitaminas y minerales de esta última posee son claves en nuestro organismo, sobre todo las de tipo neurológicas, inmunológicas y hematológicas.
- Disminuir el consumo de embutidos, como chorizo y vienesas, puesto que tienen una alta carga calórica y de grasas saturadas.
- En caso de beber alcohol, es preferible una copa de vino (100 kcal) a un clásico terremoto (350 calorías el vaso).
- Realizar ejercicios después de las fiestas. Una hora de trote quema 500 calorías (una empanada, 2 anticuchos, 2 vasos de mote con huesillo). Mientras que bailar durante media hora quema 90 calorías y andar media hora en bicicleta, 230 calorías (una longaniza).
Factores psicológicos
“El mes de septiembre gira en torno a la cultura de nuestro país. Es el único momento del año en que se escucha y baila- masivamente- la música folclórica y, sobre todo, que está legitimada la celebración desenfrenada, sin medir consecuencias”, aseguró Pablo Jofré, psicólogo clínico de la Nueva Clínica Cordillera.
Para el profesional “las características socioculturales y laborales de nuestro país han conllevado en el imaginario colectivo la noción de que las Fiestas Patrias son un oasis en el desierto. Para nadie es novedad encontrarse con alguna persona pasada en copas en una fonda, ni pensar que “endieciocharse” es una falta ética. Impera, entonces, el desborde emotivo, el que es legitimado socialmente para liberar tensiones”, indicó.
Finalmente, Jofré destacó que “lo importante es entender estas fiestas como una instancia de sociabilidad responsable y sana, donde no se ponga en juego la integridad individual ni la de otros que traiga consecuencias que, de seguro, podemos lamentar”.