Era la crónica de un desprendimiento anunciado.
El satélite alemán TerraSar-X pudo confirmar el nacimiento de un iceberg de unos 720 kilómetros cuadrados en la Antártica, es decir, ocho veces el tamaño de la isla de Manhattan en Nueva York.
La enorme masa de hielo era seguida atentamente por los científicos desde febrero de 2011, cuando la operación IceBridge, de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA), descubrió la fisura en el glaciar Pine Island.
Posteriormente un sobrevuelo realizado en mayo reveló que se había generado una segunda partidura en el glaciar, que aumentaba las posibilidades de que se generara uno de los bloques de hielo más grandes del mundo.
El iceberg se produjo en la bahía de Amundsen, donde se encuentra el glaciar Pine Island, sector que concentra las miradas de los científicos por ser uno de los que más ha perdido hielo en el planeta.
Revisa imágenes de la operación IceBridge.