Víctor Muñoz es un hombre agradecido y por eso accedió a contar su historia y a través de este gesto público retribuir la buena voluntad y solidaridad de aquellos que hicieron posible un cambio radical en su vida.
Víctor tenía la edad de su hija, María Paz Muñoz, cuando comenzó a perder los dientes debido a una enfermedad que seca progresivamente los fluidos del cuerpo, incluida la saliva.
Es una patología llamada Síndrome de Siegren, la que afectó de tal manera su encía, que al cabo de un año le hizo perder todas las piezas dentales cuando apenas tenía 17 años. Sin embargo, Víctor no llegó a un diagnóstico sino hasta después de los 30, cuando su boca sufría las consecuencias, al igual que su familia.
16 millones de pesos, como mínimo, es lo que cuesta un tratamiento como el que él necesitaba. Pero el esfuerzo de María Paz, su hija adolescente, se vio recompensado con la bondad de un profesional que se conmovió con su caso.
Joven, pero con una importante trayectoria, Cristián Venables, es un cirujano maxilofacial con mucha experiencia en implantes. Durante cuatro meses trabajó con Víctor para llegar a cumplir el sueño de este hombre: Volver a morder una marraqueta con sus propios dientes después de más de 20 años. El resultado, en la nota de Pamela Morales.