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Joven científico consume polillas y crea emprendimiento para producción masiva de insectos

Rodrigo Leyton es una las personas que incluye insectos en su dieta diaria alimenticia, y tal como ocurre en culturas de Oriente, enfatiza que éstas poseen grandes cantidades de nutrientes mejores que las encontradas en la carne de vacuno o cerdo.

Andrea Herrera

Miércoles 11 de noviembre de 2015

¿Qué harías si vieras a alguien comerse una polilla? De seguro harías un gesto de asco de tan solo pensarlo. Pues bien, esta es una de las cosas que unos emprendedores chilenos quieren cambiar. ¿Cómo? Simple, integrando los insectos a la dieta diaria de los habitantes del país.

¿De qué estamos hablando? Para poder contextualizar un poco el tema, 24horas.cl conversó con Rodrigo Leyton, a quien podríamos tildar como “el hombre come polillas”.

Este joven bioquímico es una de las personas que consume polillas de manera natural. ¿La razón? Son alimenticias y poseen gran cantidad de proteínas y minerales.

Joven científico consume polillas y crea emprendimiento para producción masiva de insectos

Joven científico consume polillas y crea emprendimiento para producción masiva de insectos

Rodrigo Leyton es una las personas que incluye insectos en su dieta diaria alimenticia, y tal como ocurre en culturas de Oriente, enfatiza que éstas poseen grandes cantidades de nutrientes mejores que las encontradas en la carne de vacuno o cerdo.

¿Cómo fue que comenzaste el consumo de insectos?

“Siempre tuve una mente más inquisitiva, había leído que se podían comer insectos y que se consumían en otras partes del mundo. Fue entonces, durante un momento más espiritual de mi vida en el cual no quería comer carne pero no quería dejar de comer proteínas de origen animal, me dije, voy a darles una oportunidad a estas cosas que se hacen en otras culturas del mundo, y comencé con mi dieta entomofagia”.

“Lo primero que hice, durante un camping que tuvimos con todo el liceo en Picarquín, fue llevar una jaula para capturar insectos. Capturé saltamontes, los cociné y los hice asados con berros, los probé y tenían sabor a pollo asado, los compartí con los demás personas y me pareció una experiencia bastante novedosa, interesante y buena”.

Polillas, el segundo paso

“Seguidamente fue un año similar a este, cerca de 10 u 11 años, en que también hubo una invasión de polillas, tanto me molestaban estando en el techo y en todas partes, que dije 'bueno, ya comí saltamontes, porqué no probar éstos que son lepidópteros' y los comencé a recolectar, juntar y finalmente los cociné”.

Luego de consumir otro tipo de insectos como mariposas, escarabajos –de distintos tipos- incluyendo chinitas  grillos y saltamontes, y entre lo más exótico mantis religiosa, arañas de campo (que son arácnidos no insectos) y aún le falta probar los alacranes.

La pregunta que de inmediato nos salta es ¿por qué comer insectos? Bueno, según explica Rodrigo ,"uno por su alto valor nutricional, son muy ricos en proteínas y minerales como el hierro, el zinc. Por ejemplo, sería más nutritivo comerme un plato de polillas que un plato de porotos, en términos de proteínas y de micronutrientes".

Pero Rodrigo va más allá sólo de su consumo, ya que ve la crianza de insectos como una fuente de negocio, tal como ocurre en otras partes del mundo, específicamente por los grandes beneficios que poseen los insectos que las vacas y cerdos no poseen.

Así nace su emprendimiento llamado EntoFactory, perteneciente a StgoLabspace, una startup que actualmente se dedica a la cría de escarabajos y grillos.

Su mérito radica en que busca industrializar el proceso artesanal de cría de insectos a través del desarrollo de maquinaria automatizada y, de esta manera, lograr una producción escalable que le permita ingresar al mercado global de proteína para alimentación animal y humana.

Cambiando la imagen cultural

Una de las formas para cambiar ese factor “uyyy...” al ver comer a una persona un insecto es mediante el procesamiento de los insectos para transformarlos en harina o pellet comestible, la idea va en la innovación de los alimentos e incluir poco a poco insectos procesados.

Leyton recalca que si una persona quiere iniciar una dieta entomofagia, primero debe consumir los insectos cocinados, de manera de que el organismo se acostumbre a este tipo de alimentos, con el paso de los años es posible comerlos sin tener que ser cocidos.