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Las siete razones de porqué persiste flacidez en tu zona abdominal

La mala postura, el estrés y la ansiedad son algunas de las causas de este problema que afecta a miles de personas.

Daniela Marín

Viernes 5 de diciembre de 2014

El abdomen es una de las zonas que más acumula grasa, además de que se inflama con gran facilidad. Es por eso que es necesario, antes de tomar cualquier tipo de decisión para acabar con el problema, identificar cuáles son los factores que hacen que la cavidad abdominal permanezca flácida.

Según estudios publicados por la Revista Buena Salud, las razones son múltiples y se pueden relacionar con las siguientes causas:

Mala postura:

Haya o no grasa acumulada en el abdomen, mantener la espalda encorvada y los hombros hacia delante hace que el vientre luzca abultado y favorece la pérdida de tonicidad del músculo transverso, un músculo abdominal fundamental para lograr una postura correcta y una panza chata.

Pérdida brusca de peso:

Al bajar una importante cantidad de kilos se elimina gran volumen de grasa, y la piel, que ya ha perdido elasticidad por el sobrepeso, queda colgando o formando pliegues. Es por ello que las dietas deben ser lentas y cuidadas, y debe evitarse el constante aumento y descenso de peso que daña los tejidos cutáneos.

Sedentarismo:

La falta de ejercicio es uno de los principales motivos por los que la flacidez aparece tempranamente. El sedentarismo provoca un acostumbramiento de las fibras cutáneas, los músculos y el organismo, que deriva en la flacidez tanto corporal como de la piel. La actividad física tonifica y endurece, por lo que es posible revertir dichas consecuencias.

Sobrepeso:

El exceso de adiposidad produce un relajamiento en el tono de la piel. Mientras más tiempo se mantenga esta situación, más difícil será revertirla, ya que no sólo habrá flacidez cutánea, sino también a nivel muscular.

Menopausia:

Gracias a la caída de los estrógenos, el almacenamiento de grasa comien­za a tener una clara preferencia por la zona abdominal, favoreciendo la aparición de la panza flácida. Para evitar el vientre “fofo” mantenga el peso adecuado, haga actividad física y recurra a cremas reafirmantes.

Post parto:

Durante el embarazo, la piel se estira mucho, por lo que las fibras de colágeno y elastina se dañan, perdiendo así su elasticidad. Esto le imposibilita retraerse una vez que la mujer ha dado a luz, quedando flácida sobre el abdomen.

Mala alimentación:

La carencia de proteínas (carnes y huevos) y el abuso de comidas ricas en grasas, azúcar y harinas (galletas, gaseosas, productos industriales, etc.) propician la flacidez del abdomen, ya que las primeras son imprescindibles para la formación de los tejidos, y las segundas brindan una consistencia blanda a la panza, aunque no haya exceso de peso.

Exposición al sol:

Una incorrecta o excesiva exposición al sol (lo cual incluye las camas solares) favorece la destrucción de las fibras de colágeno y elastina, debido a que los rayos UV deterio­ran y deshidratan los fibroblastos

Estrés y ansiedad

La zona abdominal es muy sensible al estrés y la ansiedad, es recomendable estar tranquila/o y enfocar la vida con más confianza.