Los niños y los adolescentes que nacen en otros países y migran a Estados Unidos son un 50 por ciento menos propensos a padecer asma y alergias que los nativos.
Un equipo entrevistó a los padres de 80.000 niños en uno de seis idiomas y halló que la relación se mantenía aun tras considerar dónde vivían, con qué frecuencia de mudaban, la etnia y los ingresos.
"Esto es algo que vemos en las consultas y estamos tratando de comprender mejor: ¿qué hay en nuestro entorno que aumenta el riesgo de enfermedades alérgicas?", dijo la doctora Ruchi Gupta, de la Escuela de Medicina Feinberg de la Northwestern University, en Chicago, y que no participó del nuevo estudio.
"Las alergias alimentarias crecieron enormemente. Atendemos pacientes que vienen de otros países y no tienden a padecerlas, pero la segunda generación de inmigrantes es idéntica (a los que nacen en Estados Unidos)", agregó.
Para Gupta, hay dos causas posibles: la hipótesis de la higiene (los niños estadounidenses son demasiado limpios y sus sistemas inmunológicos nunca se exponen a los alergenos comunes) o la baja calidad de la alimentación.
El autor principal del estudio, doctor Jonathan Silverberg, del Centro Médico Beth Israel y del Centro Hospitalario de St. Luke-Roosevelt, en Nueva York, incluyó a la lista el clima, la obesidad y las infecciones.
"Los resultados sugieren que hay factores ambientales en Estados Unidos que disparan la enfermedad alérgica", dijo Silverberg.
Un grupo de padres de niños y adolescentes respondió las encuestas en el 2007 y el 2008. El 20 por ciento de los chicos nacido fuera de Estados Unidos tenía algún tipo de enfermedad alérgica (asma, eccema, rinitis alérgica y alergias alimentarias) versus el 34-35 por ciento de los nacidos en el país.
Es más, el riesgo de padecer alergias aumentaba cuanto más tiempo pasaban en Estados Unidos los niños y adolescentes nacidos en otros países, según publica el equipo en JAMA Pediatrics.
Por ejemplo, el 27 por ciento de los niños que estaban en el país desde hacía más de una década tenían alguna alergia, comparado con el 17-18 por ciento de los que habían inmigrado en los dos últimos años.
Silverberg espera que los resultados promuevan nuevos hallazgos sobre qué es lo que aumenta el riesgo de alergias en la población pediátrica de Estados Unidos y cómo prevenirlo.
Gupta recomendó que los padres controlen que sus hijos tengan una alimentación rica en frutas y verduras. Y agregó que jugar en el barro no les haría daño, con una buena higiene posterior, claro.