Conocido es que todo lo que lanzamos por los drenajes termina en el mar.
Esto también ocurre con los fármacos que desechamos por la orina o que botamos directamente en los drenajes, los cuales son consumidos por los peces que son alterados gravemente en su comportamiento.
De acuerdo con una investigación realizada por científicos de la Universidad de Umea (Suecia), a pesar de que las aguas servidas son tratadas en plantas de depuración, igualmente quedan cargadas de químicos que alteran gravemente a los peces.
El estudio, publicado en la revista 'Science', se centra en los efectos de un conocido ansiolítico llamado Oxazepam sobre una especie de peces denominados "Perca fluviatilis'.
Según los resultados obtenidos por el equipo dirigido por el científico Tomas Brodin, la exposición de los peces a niveles reales de este ansiolítico detectados en aguas de ríos de Suecia, hace que los peces coman más rápido, se vuelvan más intrépidos y tengan un comportamiento "menos social".