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¿Qué fue la estrella de Belén? Un secreto de más de 2 mil años

La ciencia ha intentado dar explicación al legendario fenómeno sobre la “luz” que guió a los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltazar, hacia el pesebre donde nació el Mesías.

Fernando Jimenez

Martes 17 de diciembre de 2013

¿Existió realmente la estrella de Belén? Sin duda se trata de una de las imágenes más simbólicas de la navidad. Claro, cuenta la leyenda que fue precisamente esta estrella la que guió a los Reyes Magos de Oriente hasta el mismísimo portal de Belén, donde Jesús acababa de nacer.

Ahora bien, ¿qué fue exactamente lo que vieron Melchor, Gaspar y Baltasar? ¿Fue una estrella? ¿Fue un cometa, una supernova, un meteorito o, incluso, una simple conjunción de planetas?

La ciencia ha intentado dar explicación al fenómeno y comprobar, dentro de lo posible, su veracidad. Estos son los resultados.

En el año 7 a.C. ocurrió una conjunción planetaria (acercamiento aparente en el cielo de dos o más planetas), nada habitual. Júpiter se paseó casi justamente por delante de Saturno, hasta en 3 ocasiones en poco tiempo, en la constelación de Piscis. Los magos interpretarían este hecho como: un gran rey (Júpiter) de Justicia (Saturno) nace entre los judíos (Piscis). El símbolo de los peces (Piscis) está asociado a la simbología antigua del cristianismo y algunos estudiosos del tema, indican que proviene precisamente de la posición de Júpiter y Saturno en dicha constelación, incluso se ha llegado a relacionar con el nacimiento del pescador, de Jesús.

Se esperaba la llegada del Mesías, según los profetas, y estos signos indicaban que el hecho estaba ocurriendo, al menos para los Magos de oriente. Júpiter es el dios principal y Saturno su padre. ¿Qué acontecimiento más grande se podía pedir para el nacimiento del Mesías? Y no una sola vez confluyeron los planetas, sino tres. Reyes, dioses y pescadores, una simbología concordante con la aparición de una gran figura, al menos para aquellos que esperaban al Mesías.

“Después de oír al rey Herodes, ellos (los Magos) partieron. La estrella que habían visto en el este iba delante ellos, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño” (Mateo 2.9). El planeta Júpiter se desplazó lentamente hacia el este en el año 7 a.C., iba delante de los Magos, hasta que se detuvo y al poco comenzó su camino hacia el oeste. No es necesario entender al pie de la letra que los magos siguieron a los planetas Júpiter y Saturno, ya que se desplazan muy lentamente en el cielo, pero tal vez, ese acontecimiento fue lo suficientemente grande para los Magos, como para desplazarse hasta Belén y preguntar por el nacimiento del Mesías.