Mientras algunos todavía disfrutan de las vacaciones, otros ya empezaron con las actividades escolares. Por eso, con marzo a la vuelta de la esquina, es necesario preparar la entrada a clases, sobretodo de los más pequeños.
Cuando un niño pasa de la casa al jardín o entra a la enseñanza básica, el cambio es muy radical y lleva un tiempo acostumbrarse. Parte de ese proceso también involucra al entorno, encargado de hacer que los menores entiendan que es una experiencia positiva y una oportunidad para aprender.
En búsqueda de que esta transición sea lo más simple, la Fundación Integra entregó una serie de recomendaciones para vivir este proceso:
- Conversar con los niños y explicarles las nuevas actividades y experiencias que vivirá durante su estadía en el colegio o jardín, señalarle que tendrá nuevos amigos y orientarlos con una mirada positiva al cambio.
- Llevar a los pequeños a conocer el establecimiento donde estudiará. Aumentará su confianza para el primer día de clases si se le enseña la sala donde estará, dónde quedan los baños o los juguetes con los que podrá jugar.
- Adecuar con anterioridad los horarios de alimentación y sueño que se ven afectados con las vacaciones. Comenzar la rutina de que los niños despierten antes ayuda a que el cambio sea muy drástico cuando entre al colegio.
-Acompañar al menor a la sala de clases los primeros días.