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Salto a 37 mil metros de altura ya tiene fecha

Daños en la cápsula presurizada después de una prueba obligaron a cambiar salto final a octubre.

Juan Jose Ulloa

Jueves 9 de agosto de 2012

Cuando Felix Baumgartner completó con éxito el segundo salto de prueba, al aterrizar sano y salvo en el desierto de Nuevo México, el equipo de la misión se sintió muy aliviado, sobre todo tras haber cancelado dicha prueba en diversas ocasiones por culpa del clima.

El salto en caída libre de finales del mes de julio se realizó desde una altura superior a la prevista, convirtiéndolo en el segundo más alto de la historia, sólo superado por el de Joe Kittinger en 1960.

Baumgartner, austriaco de 43 años, llegó a volar a una velocidad máxima de 864 kilómetros por hora, en una caída libre que duró 3 minutos y 48 segundos. Todas las fases de este ensayo -ascensión, caída y aterrizaje- fueron como estaba previsto. Los problemas que tuvo Baumgartner en la primera prueba -sobre todo, el refuerzo en sus guantes para evitar que sus manos se congelasen por las bajísimas temperaturas de la estratosfera y, así, poder abrir su paracaídas- se habían resuelto de cara a la segunda. Baumgartner dijo una vez estuvo en tierra: "Cuanto más entreno, más confiado me siento. Ahora tenemos buenas sensaciones sobre lo que nos espera ahí arriba y estamos preparados para ello".

Sin embargo, horas después, el equipo de recuperación del proyecto encontró la cápsula presurizada que Baumgartner usó para el ascenso y descubrió que tenía sustanciales daños ocasionados por el aterrizaje. Después de que el austriaco saltase, la cápsula se separó del globo aerostático que la elevó hasta las puertas del espacio y cayó sin problemas gracias al paracaídas instalado en ella. Pero la cápsula aterrizó en una zona rocosa y escarpada, lo que provocó que acabase de lado y no de pie, como se había previsto.

Por tanto, con el impacto la cápsula sufrió daños en su carcasa externa, su estructura y en otros componentes importantes. Después, fue llevada a las dependencias de Sage Cheshire Aerospace -la compañía que la construyó-, en Lancaster, California, donde se hicieron diez días de pruebas intensivas. El Director Técnico de la Misión Red Bull Stratos, Art Thompson, confirmó que la esfera interna presurizada, que mantiene al piloto con vida mientras asciende, y sus sistemas electrónicos de apoyo estaban intactos.

No obstante, ciertos componentes de los sistemas de soporte vital se reemplazaron como medida preventiva. La carcasa exterior se reparará mediante el uso del material de una cápsula de reserva.

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Una vez esté completamente reparada, la cápsula será testada en una cámara hipobárica en la base de Brooks City, en San Antonio, Texas, que recrea el entorno estratosférico que hay en la Tierra. Una vez esta prueba se haya completado con éxito, a finales de septiembre -se espera que para el 24 de ese mes-, se certificará que la nave está lista para volar de nuevo, por lo que la misión final se llevará a cabo durante las dos primeras semanas de octubre. En este periodo, el clima aún es favorable, con poco viento y cielo despejado, factores esenciales para que el globo aerostático que impulsará la cápsula pueda despegar.

Don Day, el meteorólogo de la misión confirmó que "el principio del otoño en Nuevo México es uno de los mejores momentos del año para el despegue de globos estratosféricos".