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Sandía y melón: las bondades de las frutas del verano

En general se recomienda consumirlas de dos a tres veces al día, picadas en trozos y porcionadas en platos de pan.

Camilo Bravo

Miércoles 31 de diciembre de 2014

Con la llegada del verano aparece una gran variedad de frutas en el mercado. De ellas, la sandía y el melón son parte de las preferidas. Esto, por su alto contenido de agua, lo que se transforma en una forma de refrescarnos durante los días calurosos. Pero, ¿sabemos realmente las propiedades que tienen y los beneficios que obtenemos de ellas?

Según Roberto Gabarroche, nutricionista de Clínica Avansalud, estas frutas aportan principalmente agua, vitaminas, fibra dietética y componentes nutricionales que actúan como antioxidantes en el organismo, previniendo de esta forma algunos tipos de cánceres y retardando el envejecimiento celular.

“La sandía contiene vitamina A en forma de carotenos, específicamente el licopeno, pigmento que le da el color característico a la sandía y es el que le otorga su propiedad antioxidante.  También contiene vitamina B6 que regula el sistema nervioso y participa en el metabolismo de otros nutrientes. La vitamina C se encuentra en menor proporción, favoreciendo el sistema inmunológico, participando en la producción de colágeno a nivel de la piel y en la correcta cicatrización", analiza y continúa con el melón.

 

"Presenta propiedades nutricionales similares a la sandía, pero con la diferencia de que aporta una mayor cantidad de vitamina C y contiene Beta-caroteno”, asegura y recalca que ambos son ricos en minerales, especialmente potasio en el caso del melón.

Casi el 90% del peso de ambas frutas es agua. Son bajas en calorías —aproximadamente 35 calorías por 100 gr de fruta— y su alto efecto de saciedad las convierte en alimentos ideales a la hora de hacer una dieta. “Ambas se usan como colaciones entre comidas. La idea es alternarlas para incluir la mayor cantidad de fibra dietética y así prevenir el estreñimiento”, precisa el nutricionista.

Pese a las cualidades anteriormente mencionadas, el especialista advierte que se deben consumir en porciones adecuadas, ya que el exceso de cualquier alimento puede llevar a un desbalance energético, especialmente para las personas que tienen diabetes ó problemas renales. En general se recomienda consumirlas de dos a tres veces al día, picadas en trozos y porcionadas en platos de pan.