Un simple ronroneo puede bastar para que tu gato te convenza de compartir tu comida y aunque humanos y felinos pueden compartir, por ejemplo, verduras y pescados, hay alimentos que por nada del mundo deben ser consumidos por las mascotas.
Por lo mismo, la Best Friends Animal Society de Utah, elaboró una lista para el The Huffington Post con seis alimentos que no deben ser ingeridos por los gatos. Pon atención:
Chocolate
El chocolate contiene dos toxinas, cafeína y teobromina, las que estimulan el sistema nervioso y el corazón. Según el equipo de Best Friends, la toxicidad de estos dos componentes puede traducirse en vómitos, sed, molestias abdominales en tu gato. Y en los casos más extremos, "ansiedad, temblores musculares, ritmo cardíaco irregular, incremento de la temperatura corporal, convulsiones e incluso la muerte".
Alcohol
Si el alcohol no es beneficioso para nuestra salud, menos lo será para la de un gato. Además, por su tamaño, estos se vuelven increíblemente sensibles al alcohol. Una intoxicación podría desencadenar vómitos, pérdida de coordinación, desorientación y estupor. "En casos severos, puede provocar convulsiones, coma y la muerte", explican.
Café
Al igual que el chocolate, la cafeína puede lograr efectos negativos en la salud de un felino. Entre los síntomas que puede desencadenar su consumo están los vómitos, diarrea, poliuria (producción excesiva de orina), polidipsia (sed excesiva), hiperactividad, ritmo cardíaco acelerado, rápida frecuencia respiratoria, hipertensión, debilidad, arritmias cardíacas, temblores, convulsiones y coma.
Frutas y verduras
Tu mascota podrá consumidor zanahoria sin problemas, pero que no se te ocurra darle palta, cerezas, ajo, cebolla, champiñones, uvas y pasas. Desde Best Friends señalan que en particular, la cebolla, daña los glóbulos rojos del gato.
Lácteos
Pon atención que tu gato también podría desarrollar una intolerancia a la lactosa si consume leche después de haber terminado su período de lactancia.
Sushi
Esta preparación japonesa contiene salmón crudo, el que si es ingerido por un gato puede provocar un déficit de tiamina, lo que trae consigo problemas estocamales, convulciones y la muerte.