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Temporada de piscinas: SAMU enseña cómo actuar ante una asfixia por inmersión

El jefe de Intervención del SAMU Metropolitano nos entrega ocho recomendaciones en el día en que comenzó oficialmente la temporada de piscinas.

24Horas.cl Tvn

Viernes 25 de noviembre de 2016

Este viernes se dio por inaugurada oficialmente la temporada de piscinas 2016-2017. Sin embargo, ya son muchos los edificios particulares y recintos que abrieron sus instalaciones para capear el calor primaveral, al tiempo que en todo el país se realizan los habituales paseos escolares de fin de año.

Por esto es necesario adoptar precauciones, en especial con los niños, y educar sobre cómo actuar ante un accidente donde los primeros minutos son vitales: las asfixias por inmersión.

Es habitual que exista desconocimiento sobre cómo reaccionar o que las personas tengan conceptos errados respecto a lo que deben hacer, en especial cuando se trata de niños. Por eso es que los expertos llaman a prevenir y también a educarse.

 

“La asfixia por inmersión es el accidente más común en piscinas, especialmente en menores de edad y puede causar la muerte o secuelas neurológicas graves, dependiendo del tiempo que tarde la persona accidentada en recibir ayuda”, señala Julio Barreto, jefe de Intervención del SAMU Metropolitano.

“La falta de oxígeno daña los órganos, siendo el cerebro el más sensible a sufrir daño permanente. Y la falta de oxígeno puede llevar al corazón a un paro cardiaco. Por eso es vital la atención inmediata, entregando al accidentado desde el primer minuto Reanimación Cardiopulmonar (RCP) básica”, agrega el especialista.

La RCP es una combinación de compresiones cardiacas o masaje cardiaco externo para restituir la circulación y la actividad del corazón, y de respiración boca a boca o ventilación para suministrar aire a los pulmones del accidentado. “Es decir, restablecer las funciones vitales básicas”, señala.

“Por ello, en una emergencia de este tipo lo primero es solicitar ayuda al fono de emergencias 131 e iniciar de inmediato un trabajo de RCP con el accidentado hasta la llegada de profesionales. Estas técnicas no son difíciles de aprender y todas las personas familiarizadas con el uso de piscinas deberían conocerlas, ya que aplicadas de forma correcta pueden salvar una vida”, detalla el profesional.

 

El Dr. Barreto entrega ocho pasos básicos para realizar RCP, y las diferencias cuando se trata de un adulto o un menor.

1- Sacar a la persona del agua y ubicarla boca arriba en una superficie plana y dura.

2- Si no hay respuesta (movimiento, respiración y/o tos), iniciar RCP. No perder tiempo intentando maniobras para  sacar el agua de la víctima, ya que no es el objetivo.

3- La persona que realiza la RCP debe ubicarse de rodillas, junto al accidentado.

4- Se comprime con las manos en el centro del tórax, en medio de los pezones. La fuerza se ejerce con el cuerpo, manteniendo los brazos rectos y codos sin doblar.

 

5- El objetivo es que la sangre vuelva a circular, por lo que el movimiento debe ser arriba y abajo, cargando el tórax y permitiendo su reexpansión completa, como si fuera una esponja.

6- Las compresiones deben ser a un ritmo rápido, enérgico y constante de 100 veces por minuto, alternando series de 30 compresiones y dos respiraciones boca a boca.

7- La compresión varía según la edad: en los lactantes, los reanimadores aconsejan realizarla con los dedos índice y medio; en los niños, lo aconsejable es emplear una mano, cargando la base contra el centro del pecho; en el caso de un niño grande, joven o adulto, ambas manos: la base de una apoyada contra el centro del tórax y la segunda cargada sobre la primera.

8- La respiración boca a boca también puede variar según la edad. En los niños lactantes o más pequeños, la boca de la persona que brinda la respiración debe abarcar la boca y la nariz del menor. En los niños más grandes y adultos, la ventilación es de boca a boca, tapando la nariz para evitar la salida del aire. En todos los casos, la persona que realiza la RCP debe tomar inhalar por un segundo y además notar que si el tórax del accidentado se levanta con el aire.