Se acerca el verano y con ello la preocupación más constante para conseguir un cuerpo más moldeado.
No obstante, ya sea por obsesión o por gusto, las personas caen en rutinas extenuantes para apurar el proceso fisiológico sin saber de los peligrosos resultados que esto puede traer para la salud.
De acuerdo al psicólogo de Centros Médicos Vidaintegra, Fernando Marchant, la vigorexia -obsesión por el cuerpo y tener una mayor exuberancia del mismo- puede generar daños de carácter físico y psicológico.
La reiteración en los ejercicios puede desencadenar desgarros y esguinces, pero también síndromes de ansiedad, aislamiento social y familiar.
“Generalmente, estas personas mantienen una dieta estricta de proteínas e hidratos de carbono con ausencia total de grasas. Tienen baja autoestima y se sienten poco atractivos frente al sexo opuesto”, manifestó el profesional.
Si bien es una enfermedad que afecta a todos, Marchant enfatizó en que en su mayoría son hombres los que más la padecen, siendo el tramo etario entre los 18 y 35 años el más afectado.