Aportaron a la sociedad, las leyes y la prevención de futuros accidentes... consumiendo marihuana.
Los participantes de un estudio de la Universidad de Iowa (Estados Unidos) debieron ingerir mezclas de diferentes dosis de marihuana y alcohol durante un año.
¿La razón? Un programa de investigación del Instituto Nacional contra el Abuso de Drogas que intenta aclarar qué tan peligroso es conducir drogado, alcoholizado, o ambas.
Los voluntarios del programa comenzaron conduciendo en un simulador que imita la sensación de manejar en tierra, cemento e incluso puede replicar la aparición de un ciervo saltando al auto inesperadamente.
Luego se les suministraron distintas dosis de marihuana, alcohol, ambas, o placebo. Y se testearon nuevamente sus habilidades al volante.
Como el estudio se realizó en terrenos de la universidad, y ésta tiene una política anti-humo, los voluntarios debieron usar un vaporizador para consumir la marihuana, que fue entregada a los investigadores por agentes federales.
Las conclusiones del estudio deberían estar listas en octubre, y analizarán más de 250 variables al conducir, según informa Usa Today.
El objetivo final es aportar a la discusión de las normas del tránsito en aquellos estados del país norteamericano en que recientemente se legalizó el consumo de la marihuana.
Fotos: Reuters.