El diagnóstico de cáncer suele ser sinómino de cambios en la vida diaria de las personas, considerado los tratamientos y cambios que cada paciente debe enfrentar.
Al respecto, un aspecto poco mencionado, pero no menos importante, es cómo el cáncer afecta la vida sexual.
Nataly Maturana, psicooncóloga de la Unidad de Salud Mental de Fundación Arturo López Pérez (FALP), explicó que el tema cada vez es tomado más en cuenta en quienes padecen de estas enfermedades.
"Nos encontramos con que los pacientes no abordan estas temáticas, porque no consideran que el aspecto sexual sea prioritario, ya que el enfoque está en la recuperación y el bienestar del proceso oncológico. Sumado a que muchas veces los profesionales carecen de la especialización adecuada para abordar el tema. No obstante, la sexualidad ha tomado importancia de manera paulatina y ha disminuido el tabú en torno a ella. El abordaje depende mucho del ritmo del paciente o si se pesquisa que existen inquietudes o malestares al respecto", afirmó.
Los cánceres que más impactan en la vida sexual del paciente
Desde la FALP aseguraron que, si bien la vida sexual se puede ver afectada con todo tipo de cánceres, existen algunos con mayor afectación.
Al respecto, el recinto médico enfatizó que "el cáncer de mama, el cáncer de próstata, el testicular y los ginecológicos, por ejemplo, suelen tener intervenciones que afectan directamente la función sexual o la imagen corporal de la persona".
"En los cánceres digestivos, por su parte, los cambios físicos como el uso de colostomías también generan preocupación sobre cómo se percibe el cuerpo. Incluso las secuelas postoperatorias de pacientes con cáncer de cabeza y cuello pueden afectar la imagen corporal, la comunicación con el entorno y la afectación de la autoestima, influyendo directamente en el deseo y la vida íntima", añadieron.
Por su parte, Maturana enfatizó que "otro factor físico importante son los cambios de imagen corporal que generan una afectación anímica".
A estos factores se suma el componente emocional: "Los síntomas ansiosos o depresivos pueden generar cierto distanciamiento de los espacios de intimidad, tanto propios como con la pareja".