Es probable que ya estés acostumbrado a leer frente a una pantalla, ya sea de la computadora, tu Tablet o Smartphone. Quizá naciste haciéndolo o te adaptaste a lo largo de tu vida, incorporando el mundo digital a tu rutina diaria. Pero, ¿has pensado que este es un cambio gigantesco para la humanidad y estamos en una nueva etapa de la existencia? ¿Cómo el ser humano ha mutado desde las primeras formas de expresión escrita?
Para Juan Pablo Rodríguez, director ejecutivo de RK Neuroconsulting y CBO de la agencia internacional HOUSE of NEURO, “la lingüística nos dice que un gran cambio en la escritura precede de un gran cambio para nosotros como civilización. Cuando aprendimos a representar la historia de la caza del mamut, salimos de las cavernas y descubrimos el fuego; luego la imprenta de Gutenberg fue una revolución en cuanto a acceso a información en base a lectura; y hoy estamos viviendo uno de esos grandes cambios nuevamente. La forma de crear o consumir lectura está cambiando de forma constante”.
El experto en neurociencia explica que hoy “un gran cambio que se está dando en la forma de lectura actual con el fenómeno llamado El ojo flojo o Lazy Eye. Ahora, en medios digitales, ya no son los ojos los que se mueven en esa danza fantástica entre la vista y el texto -intentando absorber información-, sino que es el texto el que se mueve frente a nuestros ojos”.
¿Cuáles son las consecuencias? “Muchas”, dice Rodríguez.
“Un estudio muy importante realizado en Suecia mostraba que la cantidad de líneas que se leían en una noticia en un diario disminuía notablemente de papel a Tablet, y menos aún en dispositivos móviles. Otro estudio afirma que el dar vuelta la página libera un aroma a papel que estimula la compresión de lectura al activar otro sentido (olfato), pero nada genera un mayor cambio entre la lectura en papel versus la digital que la calidad de los movimientos oculares. La calidad de la atención puede llegar a ser muy distinta en algunos parámetros”, explica.
Por ejemplo, “todos recibimos la misma información de igual forma, lo que no pasa en medios digitales y menos aún en redes sociales, donde se refuerza mucho el sesgo cognitivo de confirmación, donde Internet y las famosas cookies tienden a exhibir contenido que refuerza las creencias y valores del lector”, agrega el experto.
“La neurociencia se ha preocupado por mucho tiempo en medir, de distintas formas, la cognición y la comprensión. Y la forma y variación de estas dos métricas cognitivas tan importantes no ha dejado de lado la relación entre papel físico y medios digitales. Es por todo esto y más, que perder la tradición de la lectura en papel físico puede traer grandes consecuencias”, comenta.
“Seguro han escuchado hablar de los peces dorados que no logran concentrarse más de 8 segundos. Bien, ahora se habla de que nosotros no logramos más de 7 en redes sociales. Por esto y por mucho más es que los libros físicos, la prensa escrita y más, son medios que deben continuar”, concluye.