Las nuevas generaciones desde hace un tiempo, están cambiando las reglas del juego en el mundo laboral, y sus preferencias en beneficios no son la excepción. El estudio Health on Demand 2025 de Mercer revela que, para la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) la personalización es un factor decisivo: desde días libres por la pérdida de una mascota hasta seguros especializados para estas, las opciones flexibles ganan terreno frente a los planes tradicionales.
Históricamente, los programas de beneficios se han diseñado con un enfoque estándar, privilegiando seguros de vida, salud, dental y catastrófico, que —según el informe— hoy son adoptados por el 75% de las empresas. Sin embargo, Marcela Ávalos, subgerente de consultoría en beneficios de Mercer Marsh Beneficios, advierte que las prioridades están cambiando: “Una empresa puede ofrecer un seguro de salud muy competitivo, pero un colaborador joven quizá prefiera reducir esa cobertura para destinar ese presupuesto a un seguro para su mascota o comprar días adicionales de vacaciones”.
La investigación muestra que los trabajadores que pueden personalizar sus beneficios:
- Tienen 78% de probabilidades de sentir que su empleador se preocupa por su bienestar (frente al 29% entre quienes no pueden personalizar).
- Confían en un 80% en que recibirán apoyo en momentos críticos (frente al 35%).
- Consideran en un 76% que sus beneficios están a la altura o por sobre los del mercado (frente al 21%).
Diferencias generacionales y de género
Ahora bien, la Generación Z prioriza beneficios relacionados con salud mental, flexibilidad horaria y apoyo para el desarrollo personal. En cambio, para los baby boomers, lo tradicional sigue siendo lo más valorado, prefiriendo beneficios enfocados en salud física y estabilidad financiera.
Las diferencias también se extienden por género. A nivel global, las mujeres reportan menor bienestar físico y mental (71% frente al 77% de los hombres) y menor confianza en su capacidad para costear atención médica (74% frente al 82%). Esto hace que las colaboradoras valoren especialmente beneficios enfocados en salud femenina y apoyo a las responsabilidades de cuidado. Por su parte, los hombres, aunque presentan mejores resultados generales en salud, muestran preocupaciones similares en aspectos sociales, como la soledad y la falta de propósito.
¿Hacia dónde va esta tendencia?
Para Mercer, los programas de beneficios personalizados seguirán evolucionando con el apoyo de la inteligencia artificial y plataformas digitales, que permitirán adaptar la oferta a necesidades muy específicas de cada empleado.
“La personalización de beneficios ya no es un lujo, es una expectativa. Las organizaciones que no se adapten corren el riesgo de perder talento, especialmente en segmentos como la Generación Z, que valora la autenticidad, la flexibilidad y la capacidad de elegir”, concluye Ávalos.
Ante ese escenario, la consultora destaca que la tecnología, especialmente la inteligencia artificial, ya está habilitando nuevas formas de ajustar los beneficios al perfil de cada persona y este avance será cada vez más rápido, por lo tanto, las empresas que se queden con un solo plan corren el riesgo de quedar atrás y perder talento clave.