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Crisis sanitaria: Recuperación del mercado laboral podría tardar más de 10 años

América Latina es la región del mundo más afectada por la pandemia COVID-19 con 47 millones de trabajos perdidos en el segundo trimestre de 2020, de los cuales 1,8 son en Chile.

Ale Fernandez

Miércoles 31 de diciembre de 1969

Esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron una nueva publicación conjunta que describe la situación del empleo durante la crisis sanitaria del COVID-19 en Latinoámerica. La cual es catalogada como “la mayor contracción de los últimos 100 años con costos económicos, laborales, sociales y productivos”.

El informe prevé que la reactivación económica tomará mucho tiempo para que los principales indicadores del mundo del trabajo regresen a los niveles pre pandemia.

Por ejemplo, si se utiliza la tasa de crecimiento promedio del producto interno bruto (PIB) regional de la última década (1,8%), recién en cinco años se alcanzaría el PIB de 2019. Mientras que, si se considera una tasa promedio más baja, como la del último sexenio (0,4%), no habría recuperación dentro de la próxima década.

Crisis sin precedentes

La crisis provocada por el COVID-19, es distinta a todas las anteriores, debido a que como implica factores sanitarios, no se comporta como las crisis económicas que conocíamos.

Según datos de la OCDE, el impacto inicial de esta crisis ha sido diez veces mayor de lo que ocurrió en el mundo los primeros meses de la Subprime de 2008, tanto en la caída del empleo como en horas trabajadas. El total de las horas de quienes permanecieron ocupados se redujo –en los países OCDE– en un 12,2% los tres primeros meses en comparación con el 1,2% de 2008.

Las estrategias para evitar la propagación del COVID-19, distanciamiento social y cuarentenas, la casi nula experiencia frente a situaciones similares y la incertidumbre de cómo se comportará el virus que caracteriza a esta crisis, implican un fuerte golpe a la economía mundial.

Durante el segundo trimestre de 2020 todos los países de América Latina registraron una evidente reducción de un 10% en la tasa de ocupación de la región. Lo que se traduce en un estimado de 47 millones de puestos de trabajo perdidos, es decir, un quinto del nivel del nivel de empleo alcanzado en 2019, acorde al informe de las organizaciones de Naciones Unidas (CEPAL y OIT).

“Esta disminución interanual de la tasa de ocupación constituye un cambio de tendencia, pues este índice mostraba un mejoramiento continuo desde el tercer trimestre de 2017”, dice el documento.

Situación en Chile

En nuestro país, durante mayo, junio y julio, se habrían perdido 1,8 millones de empleos respecto al año anterior según el INE, lo que implicó la mayor caída en los últimos 12 meses. Mientras que la encuesta alternativa de la Universidad Católica Empleo y COVID-19 –que se realiza mensualmente desde abril– cifra la pérdida estimada de puestos de trabajo en 2,3 millones en el último año.

Para medir la salud (o enfermedad) del mercado laboral no existe un único indicador que represente la magnitud del asunto, por lo que hay que considerar la tasa de participación, ocupación y cantidad de trabajos.

Para David Bravo, economista y director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC, “el indicador más importante que se debe seguir para evaluar el deterioro del mercado del trabajo, así como para examinar si se ha tocado fondo y, luego, para evaluar el mejoramiento, es la tasa de empleo y no la tasa de desempleo”

El documento de la CEPAL junto a la OIT, coinciden en que la tasa de desocupación, por sí sola, no es el mejor instrumento ya que no incluye a las personas inactivas ni ocupadas ausentes.

Por las características de la crisis actual, la OCDE asegura que “Si bien la crisis del COVID-19 ha superado la primera fase de bloqueos y cierres de empresas, es probable que el impacto en el mercado laboral, aunque ya sin precedentes, se profundice significativamente en el futuro”.

Los más afectados

El reporte de la CEPAL y la OIT deja en evidencia que los grupos más afectados son aquellos que por las características de su labor no pueden realizar teletrabajo.


En este sentido los grupos más afectados son:

  • Las mujeres, quienes en muchos casos deben retirarse para asumir roles de cuidado (de menores, adultos mayores y/o enfermos) y del hogar. En la mayoría de los países de América la disminución relativa del empleo es mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres.


  • Trabajadores informales. Son aquellos que no están regulados ni tienen acceso a seguridad social. Se han visto afectados por la prohibición de circulación (cuarentenas) y la menor capacidad de terceros de contratarlos.

  • Trabajadores jóvenes, quienes se quieren insertar al mercado laboral, pero no pueden debido a la falta de la creación de nuevos empleos. Según el informe, “los efectos de las medidas destinadas al control de la crisis del COVID-19 adoptadas desde marzo de 2020 han afectado especialmente a los jóvenes, tanto a nivel mundial como en los países de latinoamérica sobre los que se dispone de información”.

  • Trabajadores con menores niveles de educación, ya que tienen menor calificación y en general optan a empleos informales que necesitan presencialidad.

  • Migrantes. Según un estudio de la Universidad de Talca entre 400 inmigrantes en Chile, entre mayo y julio de 2020 un 30% de ellos perdió su trabajo, un 21% se encontraba con suspensión temporal del contrato y un 18% sufrió una reducción de la jornada laboral. Del total consultado, un 70% declaró no haber recibido ningún apoyo estatal.


“La crisis sanitaria en el empleo afectó sobre todo a los grupos vulnerables, profundizando la desigualdad en el mercado laboral. Las mujeres han sido más afectadas por la pérdida de empleo y la caída en la participación laboral. Una mirada estratégica debe vincular el desarrollo sostenible con la creación de empleo”, señalan en la presentación del documento la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, y el Director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.

RECOMENDACIONES

En la sexta edición del Observatorio de la OIT sobre COVID‐19 y el mundo del trabajo, se entregan sugerencias a los estados para enfrentar “los devastadores efectos” que sigue teniendo la pandemia en el mercado laboral y abordar los desafíos que conllevan.


*Un aspecto a tener en cuenta es que hay menos datos disponibles sobre el mercado laboral debido a la crisis sanitaria. Esto porque muchas de las encuestas son presenciales y, con el distanciamiento social y cuarentenas, las instituciones a cargo de levantar los datos han tenido que modificar sus metodologías respecto a un año normal. Por ejemplo ahora las hacen por teléfono, hacen menos preguntas y llegan a menos personas.

Foto: Agencia Aton.