El exfutbolista brasileño Robson de Souza, más conocido como Robinho, cumple desde marzo de 2024 una condena de nueve años de prisión. El penal donde se encuentra, la Penitenciaría II de Tremembé (São Paulo), es conocido popularmente como la "cárcel de los famosos", ya que alberga a reclusos vinculados a casos de alta repercusión mediática.
Allí conviven cerca de 430 internos, distribuidos en celdas de entre nueve y quince metros cuadrados, con capacidad para hasta seis personas.
Robinho niega privilegios
En un video difundido por el Consejo Comunitario de Taubaté, el propio Robinho salió a desmentir que reciba un trato especial dentro de la prisión.
"Mi dieta y mi horario de sueño son iguales a los de los demás. Nunca he comido nada diferente ni he recibido un trato distinto", aseguró el exdelantero.
Explicó que solo juega fútbol los días domingo, cuando los internos no realizan labores diarias, y que el régimen de visitas familiares es igual para todos.
"Cuando mi esposa no viene sola, viene con mis hijos. Las visitas son iguales y el trato es el mismo para todos", afirmó.

"Es difícil estar preso"
Robinho también rechazó los rumores sobre presuntos problemas psicológicos o un supuesto liderazgo dentro del penal: "Han dicho mentiras de que soy líder o tengo problemas psicológicos. Nunca tuve eso ni tomé medicación. Es difícil estar preso, pero gracias a Dios mantengo la cabeza fría".
Según el exjugador, en Tremembé la jerarquía es clara: "los guardias mandan y los presos obedecemos". Además, destacó el enfoque del centro penitenciario en la reeducación y reinserción social.
Robinho conta como é a rotina na prisão.
— LIBERTA DEPRE (@liberta___depre) October 28, 2025
O ex-jogador foi condenado a 9 anos de prisão por estupro coletivo, e está preso na P2 de Tremembé, no interior de São Paulo.
"Aqui o objetivo é reeducar, ressocializar aqueles que cometeram erro. Nunca tive nenhum tipo de liderança… pic.twitter.com/jf3ieldlv6
La condena por violación
El brasileño, de 41 años, fue sentenciado por la justicia italiana por su participación en una violación grupal ocurrida en 2013 en una discoteca de Milán, cuando jugaba en el AC Milan. El proceso incluyó interceptaciones telefónicas en las que él y sus amigos comentaban el delito.
Tras la condena definitiva en 2022, Italia solicitó su extradición. Sin embargo, Brasil la rechazó por tratarse de un ciudadano nacional y, posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia (STJ) autorizó que la pena se cumpliera en territorio brasileño.