Las escasas opciones de avanzar en la Copa Libertadores y su ubicación en la parte baja de la tabla del Torneo de Clausura, no son los únicos problemas que tiene el equipo de Martín Lasarte.
Y es que los azules pasaron de ser campeones el año pasado, a vivir un presente para el olvido que terminó de acentuarse con la goleada sufrida en Bolivia esta semana y la pérdida del Superclásico ante Colo Colo.
A los motivos futbolísticos, se suman también el mal comportamiento de su hinchada y ahora, un nuevo traspié que pone en peligro una vez más el sueño del "estadio propio".
Según publicó El Mercurio este jueves, los ahorros que Azul Azul tenía destinado para la construcción del estadio sufrieron una significativa baja: los 15 millones de dólares que estaban enfocados en el proyecto fueron gastados en "técnicos, refuerzos y aumentos de sueldo", señaló al diario una fuente azul.
Los pases millonarios -sin resultados exitosos- de Ezequiel Videla, Eduardo Morante, Luciano Civelli y Juan Ignacio Sills, se suman a la mantención de la cara plantilla azul que anualmente cuesta 6 millones de dólares, como las razones que llevaron a la dirigencia a tener que desembolsar dinero de la caja reservada para el sueño azul.
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¿La solución? sería recurrir a un aumento de capital de 35 millones de la divisa norteamericana, es la que propone Carlos Heller, la que no sería compartida por los controladores como Daniel Schapira (dueño del 20%) y Peter Hiller (10%), puesto que significaría invertir recursos propios.
El posible aumento de capital deberá ser revisado en la próxima reunión extraordinaria, pero hay miembros de Azul Azul que ven más factible seguir arrendando el Estadio Nacional.
"Es la mejor alternativa que tenemos, es una excelente ubicación y se ve bien el fútbol. No tiene sentido construir un estadio porque sí. Además, habrá una estación de metro", señalaron al matutino.
Así, el sueño del "estadio propio" se diluye una vez más para el equipo azul.