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"Nunca experimenté nada parecido": El dramático relato de periodista islandés que fue testigo de los incidentes en la Supercopa

Kolbeinn Tumi contó los detalles de lo que vivió junto a sus hijos en el duelo entre Colo Colo y Huachipato, que fue suspendido por graves incidentes.

24horas.cl

Lunes 12 de febrero de 2024

"Calma en la tormenta. La remontada de Arturo Vidal con Colo Colo terminó antes de lo esperado. Nunca experimenté nada parecido. Gas pimienta, abucheos locos, lanzamiento de ladrillos, fuegos artificiales, el juego volado y ventanillas rotas del coche para rematar la noche. Los niños nunca olvidarán esta noche loca". Ese fue el mensaje con que Kolbeinn Tumi relató en su cuenta de X (ex Twitter) lo que vivió en el Estadio Nacional tras los graves incidentes registrados en la Supercopa.

El periodista islandés publicó luego una nota en el sitio web de su país, Visir, que tituló: "Spray de pimienta, ventanillas rotas y niños islandeses locos".

"Algunas noches nunca las olvidas. Ayer experimenté uno de estos con mis hijos. En el hermoso país de Chile, donde las divisiones de clases y la ira hierven a fuego lento y los hooligans se apoderan de un partido de fútbol en Santiago. Más de cincuenta años después de que personas fueran ejecutadas en el mismo lugar por creencias 'equivocadas'", comenzó.

"Ya llevo casi seis semanas en el país de los poetas. No puedo quejarme. Un hombre de clase media de Islandia cambió de casa y ha vivido en un buen lugar al sol y al calor mientras hiela y hace erupción en Islandia. Los niños aprenden español, pero sobre todo aprenden un poco más sobre la vida. Probablemente su lección más importante fue anoche", agregó.

"La temporada de fútbol en Chile arrancó oficialmente anoche con la Supercopa; un partido anual donde se enfrentan campeones nacionales y campeones de copa. Un partido parecido a la Community Shield de Inglaterra. Sin embargo, el partido fue más grande porque uno de los mejores futbolistas de la historia de Chile estaba de regreso en casa. Arturo Vidal. En mi ingenuidad pensé que los reflectores estarían sobre él y su actuación en Colo Colo, campeón de copa, contra los campeones de Huachipato. A pesar de tener un gran partido, no tuvo los reflectores en aquella hermosa noche de domingo en Chile", complementó.

Tras detallar las medidas de "seguridad estricta" para ingresar al estadio, donde a extranjeros como él se les hace casi imposible obtener una entrada por no tener cédula de identidad chilena, se mostró sorprendido que a pesar de ello ocurrieran disturbios: "La seguridad era tal que no pensé que pudiera pasar algo que hiciera que mi hijo preguntara durante el juego si podíamos irnos a casa. Otro día estaba por llegar".


"Cuando los niños empezaron a toser por el spray de pimienta en la primera mitad, me alarmé un poco, pero no me preocupé demasiado. Estábamos en la parte este del estadio, en su parte norte estaban los toros, pero todavía a cierta distancia", continuó.

"Cuando sonó el pitido del descanso todo salió mal. Los seguidores de Colo Colo, que constituían el 99% del público, ya que el rival era de una localidad a 500 kilómetros de distancia, se desplazaron hasta el pozo. Es decir, la parte de ellos que había entrado en pánico", añadió.

"Podría haber habido víctimas"

El reportero detalló que "el número de bengalas aumentó, estallaron los fuegos artificiales y todo lo suelto fue arrojado hacia los guardias de seguridad. La mayoría de los jóvenes estaban dispuestos a correr un riesgo real para darse a conocer".

"Todo iba mal en las gradas. Cada vez que los guardias de seguridad intentaban mostrar su poder, los fans se emocionaban aún más. Los grandes bloques de hormigón que sujetaban las barandillas se rompieron en pedazos más pequeños que volaron hacia los guardias de seguridad. Llevaban cascos, por suerte, de lo contrario podría haber habido víctimas", agregó.

"Un aficionado había conseguido iniciar un incendio en una zona abierta entre el campo y la grada que era difícil de apagar", contó.


Pero lo más inolvidable para el periodista islandés fue el impacto que este comportamiento causó en sus hijos de 13 y 12 años, quienes no entendían el motivo.

"No voy a fingir que temía por mi vida ni nada por el estilo. Nunca durante un partido me sentí realmente amenazado. Mis hijos eran diferentes. Estaba un poco preocupado por ellos en caso de que la situación fuera tal que no pudiera manejarlo", reconoció.

"Los hermanos ciertamente vivieron la experiencia de su vida y las preguntas fueron infinitas. La mayoría empezó con papá, ¿por qué...? Muchas preguntas y muchas respuestas, no necesariamente respuestas correctas, ya que no siempre hay una respuesta correcta obvia para las preguntas. Pero posibles respuestas que tal vez aclaren algo", continuó.


Pero tras la suspensión la pesadilla continuó para este padre, que junto a su familia se vieron amenazados por un sujeto que los siguió mientras caminaban al auto, el cual había sido vandalizado en su ausencia.

"Durante nuestra rápida caminata desde el estadio hacia el auto, noté que un joven parecía estar mirándonos. En un momento intentó hablar con mi hija que no entendía nada y le dejamos claro que no queríamos tener nada que ver con él. No nos molestamos en caminar directamente hacia nuestro auto en caso de que alguien estuviera mirando desde la distancia. Finalmente seguros de que nadie nos seguía, nos dirigimos al auto", relató

"¿Se rompió la ventana del asiento trasero? Sí. Qué seguridad por parte del tipo del chaleco (cuidador de autos)", añadió.

"No había ningún objeto de valor en el coche y no se veía nada en absoluto. Incluso la crema solar estaba en la guantera. Lo más probable es que la persona que viajaba allí tuviera la intención de subirse al coche, posiblemente para robarlo. El coche está equipado con la característica de que todo debe hacerse con llave, por lo que la persona no ha podido abrirlo desde el interior. Recogimos los cristales rotos, metimos a los niños dentro y nos pusimos en marcha. Los mayores estaban un poco asustados, pero sólo puedo imaginar lo que pasaba por la cabeza de mis hijos, de 12 y 13 años, que justo iban a ver un partido más con su papá enfermo de fútbol", explicó.

"Lo que pasó anoche dentro del campo en Santiago se olvida rápidamente, pero lo que pasó afuera estará en el banco de experiencias de nuestros niños por mucho tiempo", finalizó.