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Los escándalos de Trump y Clinton que han marcado la carrera presidencial en EEUU

Los comentarios sexistas, las supuestas evasiones de impuestos, el caso de los correos electrónicos y las filtraciones de Wikileaks han hecho tambalear las campañas de los dos candidatos más populares.

Carmen Aguilar

Miércoles 31 de diciembre de 1969

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"Me siento automáticamente atraído por las mujeres guapas y empiezo a besarlas. Es como un imán. Las beso. Ni siquiera espero. Y cuando eres una estrella, ellas te dejan hacer. Puedes hacer cualquier cosa. Agarrarles el coño".

Son palabras de Donald Trump en el año 2005, cuando se dirigía a los estudios del "Access Hollywood". El vídeo difundido por The Washington Post el 7 de octubre (a un mes de las elecciones), sembró la mayor crisis en la campaña del candidato republicano. Un escándalo que le ha costado apoyos dentro de su propio partido y que forzó a su esposa, Melania Trump, a salir en su rescate. "Las palabras de mi marido son inaceptables y ofensivas", dijo, pero pidió que aceptaran sus disculpa.

 

Tal fue el revés que hasta Trump pronunció sus explicaciones, una acción poco habitual en él, aunque aprovechó para dejar un mensaje a los Clinton. "He dicho cosas tontas pero existe una gran diferencia entre las palabras y los actos de otras personas. Bill Clinton realmente abusó de mujeres, y Hillary acosó, atacó, humilló e intimidó a sus víctimas", dijo.

 

Pero el comentado video no es más que la guinda de una torta cargada de comentarios machistas y denuncias por abusos sexuales. Luego de las revelaciones de The Washington Post, la CNN publicó audios del candidato republicano en el programa de Howard Stern (y podrían no ser los últimos). En ellos alardeó de pasearse por el backstage de los concursos de belleza,que son parte de su propiedad: "No hay ningún hombre, y yo estoy autorizado a ir porque soy el dueño del desfile, (...). ya sabes, están allí, de pie, sin ropa".

En otra entrevista con Stern dijo que cuando adquirió la empresa de Miss Universo, "estaban empezando a llevar (al concurso) mujeres que tenían educación en vez de mujeres que estaban buenas".

Los comentarios misóginos y sexistas recurrentes en Trump, como el conocido Miss Piggy, se unen a las denuncias por acoso sexual de al menos nueve mujeres. La violación a su primera esposa (denunciada en 1991), los manoseos de "pulpo", los tocamientos de trasero y las metidas "de lengua por la garganta" sin consentimiento son algunas las acciones atribuidas al candidado republicano en las últimas semanas.

Acusaciones que el magnate califica de falsas y que llevó a la Primera Dama Michelle Obama a salir a la arena política y condenar su "vergonzosa" conducta de "predador sexual".

Michelle Obama sobre el vídeo de Donald Trump grabado en 2005

Michelle Obama sobre el vídeo de Donald Trump grabado en 2005

La Primera Dama calificó los comentarios del candidato republicano de "vergonzosos" y "crueles" y señaló que no es un comportamiento propio de "alguien que quiere ser presidente de EEUU". Imagen AFP

Los agravios hacia las mujeres "ya le han pasado factura" al candidato republicano, explica la investigadora del Instituto de Ciencia Política de la UC, Malgorzata Lange. Como consecuencia, "el voto femenino se ha vinculado a Clinton". Sin embargo, el castigo en las urnas podría ser menor.

Para el analista del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Robert Funk, esta actitud "no le resta mucho apoyo", ya que las bases republicanas son fuertes, pero "tampoco le suma, lo que hará más difícil llegar a este 50+1 necesario para acceder a la presidencia".

"Lo que sí podría quitarle votos", dice Lange, "es la actitud de sus propios compañeros de partido". Desplantes como el del ex Secretario de Estado Colin Powell, quien optó por votar a favor de Hillary Clinton, podrían desequilibrar las urnas. "Esto genera desconfianza entre los votantes", porque sus propios compañeros "le dan la espalda".

EVASIÓN DE IMPUESTOS

El 1 de octubre The New York Times publicaba que Donald Trump podría haber evitado de manera legal pagar impuestos durante 18 años. Según el rotativo, el republicano declaró pérdidas en 1995 por 916 millones de dólares, lo que le habría valido una deducción impositiva de hasta 50 millones de dólares al año. Se elevó entonces otro de los grandes escándalos de esta campaña política.

La revelación supuso un jugoso argumento para los que acusan al magnate de no declarar su renta porque tiene algo que ocultar o porque no es tan rico como a él le gusta alardear. Su audaz olfato para los negocios es una de las garantías que expone como prueba de que conducirá al país por la senda del éxito económico si llega a la Casa Blanca.

Todos los candidatos muestran su declaración de impuestos desde la década del 70. Su principal rival, quien sí ha publicado la suya, atacó esta falta de transparencia en el primer debate presidencial. Hillary Clinton argumentó que "quizás no quiere que los estadounideses sepan que no ha pagado ningún impuesto federal", a lo que Trump contraatacó "eso me convierte en listo". Y añadió, "divulgaré mis declaraciones de impuestos cuando ella divulgue sus 30.000 correos electrónicos que han sido borrados".

 

LOS MAILS DE CLINTON

Los casos que empañan a Clinton saltaron incluso antes de que se presentara oficialmente como candidata a la presidencia en abril de 2015. Escándalos por los que Donald Trump la amenazó con "encarcelarla" de ocupar él el Despacho Oval.

La mayor polémica de la demócrata tiene que ver con haber usado un servidor privado de mails durante los años en que fue secretaria de Estado, en lugar de la cuenta oficial para los asuntos de información clasificada.

El hecho le ha costado reiterados cuestionamientos, pese a que en marzo de 2015 asumió la responsabilidad, argumentado que tomó la decisión sólo por comodidad.

 

Su equipo entregó algo más de 30.000 mails al FBI para la investigación y señaló que borró otros 32.000 porque supuestamente eran personales. En julio de este año, dos semanas antes de que fuera oficialmente nombrada candidata demócrata, se salvó de verse imputada, pues el Departamento de Estado cerró la investigación contra ella y la tildó de ser "extremadamente descuidada".

Pero el tema sigue vivo y estalló en el peor momento para la demócrata: a menos de diez días de las votaciones. El 28 de octubre, el FBI reabrió las investigaciones para determinar si los nuevos documentos que han aflorado contienen información clasificada. Dichos correos provienen, sin embargo, de un caso paralelo. Se trata de la investigación contra el congresista Anthony Weiner, marido de la asesora y mano derecha de Clinton, por enviar mensajes con contenido sexual a una menor. En el computador de Weiner también se encontraron mails de Clinton que podría dar señales de cómo la candidata manejó información confidencial.

 

Duro golpe que incrementa las sospechas de secretismo que la acechan desde hace años y que está alterando las encuestas, hasta ese momento favorables.  'Sorpresa de octubre', como llaman al evento inesperado que puede alterar la contienda, pero que no es un hecho aislado en la campaña.

Ante los sucesos Trump no pierde oportunidad y ha denunciado colusión, argumentando a que hay información sobre un agente del FBI que presionó a otro para que bajara la calificación a 'no clasificado' de uno de los correos. El mail en cuestión se refería al ataque al consulado de Bengasi el 11 de septiembre de 2012, donde murieron cuatro personas, entre ellas el embajador. Esto se ha convertido en la otra gran piedra en el camino de la demócrata, aunque luego de 11 horas de interrogatorio, el Congreso concluyó en junio de este año que no hay delitos imputables a Hillary Clinton por el atentado.

WIKILEAKS ENTRA EN ESCENA

En julio, a pocos días de la nominación como candidata, Wikileaks constató con 19.252 documentos la parcialidad de la cúpula Demócrata a favor de Hillary Clinton, frente a su rival en las primarias, Bernie Sanders. En teoría, los jefes del partido deben ser neutrales y las filtraciones costaron el puesto a la jefa del Comité, Debbie Wasserman Schulz.

En octubre, la organización volvió a la carga. El día de su décimo cumpleaños, el fundador, Julian Assange, prometió nuevas revelaciones "significativas" para las elecciones estadounidenses que se irán liberando hasta el 8 de noviembre.

Wikileaks ya ha publicado por entregas los miles de correos electrónicos robados al jefe de campaña de Clinton, John Podesta. Papeles incómodos que muestran la relación de la candidata con los bancos y Wall Street; discursos con frases como "hay que tener una posición privada y una posición pública", argumentos para intervenir de forma "encubierta" en Siria o la propuesta de rechazar el oleoducto de Keystone para "desviar la atención de los correos electrónicos".

Trump sobre Putin y Rusia

Trump sobre Putin y Rusia

En una entrevista con NBC News, Donald Trump dijo que Putin era mejor líder que Obama y que, de gobernar, tendría "muy buenas relaciones con Putin" y Rusia. Imagen AFP

 

Detrás de estas filtraciones, las sospechas apuntan a Moscú. El Partido Demócrata y el propio Gobierno creen que los hackers están en Rusia, con el fin de influir en las votaciones y favorecer a Donald Trump. El Kremlin, por su parte, descartó cualquier injerencia; mientras que Assange ni confirma ni desmiente.

 

Trump sobre filtraciones

Trump sobre filtraciones

El candidato republicano Donald Trump negó tener relación con las filtraciones de Wikileaks y añadió que esperaba que Rusia fuera "capaz de encontrar los 30.000 mails que están perdidos".

 

Los documentos "refuerzan esa imagen de 'falta de transparencia' de Clinton y de persona que cambia de posición, y esto podría afectar a la votación", explica Robert Funk de la Universidad de Chile. Muestran, además, los vínculos entre grupos de poder y la Fundación Clinton, poniendo sobre la mesa la pregunta: "¿qué tipo de favores van a querer cobrarse" si ella ocupa el Despacho Oval?, completa la académica de la UC Malgorzata Lange.