Este jueves 1 de diciembre, a las 11:00 horas, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) hará la lectura de la sentencia sobre el estado y uso de las aguas del río Silala, disputa que involucra a Chile y a Bolivia.
Ambos países limítrofes están enfrentados desde el 6 de junio de 2016, cuando en el segundo gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet, Chile demandó al país vecino ante el órgano judicial para que este declare que el Silala es un curso de agua internacional y que Chile, en su calidad de ribereño, tiene derecho al uso de sus aguas.
Esta semana, ad portas del fallo, la canciller Antonia Urrejola sostuvo que "este es el último litigio pendiente que tiene Chile ante La Haya y esperamos que a partir del fallo se abra una oportunidad para seguir trabajando con Bolivia en una agenda positiva".
¿QUÉ PIDE CHILE?
Según indican desde el Ministerio de Relaciones exteriores, Chile solicitó a la Corte Internacional de Justicia que juzgue y declare que:
- El río Silala es un curso de agua internacional, cuyo uso se rige por el derecho internacional consuetudinario.
- Chile tiene derecho al uso equitativo y razonable de las aguas del río Silala.
- Bajo el estándar de utilización equitativa y razonable, Chile tiene derecho al uso que actualmente hace de las aguas del río Silala.
- Bolivia tiene la obligación de tomar todas las medidas apropiadas para prevenir y controlar la contaminación y otras formas de daño a Chile que resulten de sus actividades en el río Silala.
- Bolivia tiene la obligación de cooperar y proporcionar a Chile una notificación oportuna de medidas planificadas que pudiesen tener un efecto negativo sobre el río Silala, de intercambiar datos e información y de realizar, cuando proceda, una evaluación de impacto ambiental, para permitir que Chile pueda evaluar los posibles efectos de tales medidas planificadas, obligaciones que Bolivia ha incumplido.
¿QUÉ PIDE BOLIVIA?
Previo a los alegatos en la Corte Bolivia decía que el río Silala era un manantial, pero con fecha 31 de agosto de 2018, el país vecino presentó una contrademanda en la reconoce que el Silala es un curso de agua internacional, y que tanto Chile como Bolivia pueden utilizar conforme a la regla del uso razonable y equitativo.
No obstante, en el mismo año alegaron que las acequías existentes en su territorio generan un "flujo artificial" que Chile no tendría derecho a usar y que, por lo mismo, nuestro país debe compensarlos por ello.
Además, señalan que las canalizaciones construidas en 1928 por la empresa de capitales británicos Ferrocarriles Antofagasta-Bolivia habrían alterado el curso del río y provocado que Chile reciba un 30% más de las aguas, por lo que le exigen un pago acorde a ese porcentaje.