La cifra de víctimas por el terremoto que en la noche de este lunes azotó las provincias de Gansu y Qinghai, en el noroeste de China, asciende a 131, según el último recuento oficial ofrecido por las autoridades.
De los 131 fallecidos, 113 se registraron en Gansu y 18 en Qinghai, recoge la agencia estatal Xinhua.
Además, hay 980 heridos repartidos entre las dos provincias, según las autoridades, que también informan de 16 desaparecidos.
Entretanto, continúan las tareas de búsqueda y rescate en medio de bajas temperaturas mientras comienzan a llegar ayuda y equipos de refuerzo al noroeste de China para asistir a los damnificados.
Los rescatistas se enfrentan a una ola de frío con temperaturas de hasta 14 grados bajo cero, por lo que trabajan a contrarreloj en la búsqueda de supervivientes, a lo que se unen las dificultades de acceso al terreno, una zona agreste y montañosa.
DAÑOS
Mientras, algunos de los servicios básicos afectados han comenzado a restablecerse: en Jishisan se encuentran operativas 279 de las 314 estaciones de telecomunicaciones existentes y el 88% de los hogares ha recuperado el suministro eléctrico, recoge Xinhua.
El movimiento telúrico dañó o provocó el derrumbe de más de 155.000 viviendas y afectó inicialmente a los servicios de agua, energía, telecomunicaciones y transportes.