Jonathan Buckelew, un hombre estadounidense que ahora tiene 34 años, sufrió un grave derrame cerebral que lo dejó paralizado tras asistir al quiropráctico.
De acuerdo con Atlanta News First, el hecho ocurrió en 2015, cuando fue trasladado de urgencia a un hospital en Georgia tras experimentar convulsiones y quedar inconsciente, luego de la visita al quiropráctico.
No obstante, el derrame cerebral no fue diagnosticado a tiempo y no recibió tratamiento durante horas, lo que le causó síndrome de enclaustramiento, una condición que deja a los pacientes completamente paralizados con excepción de los ojos.
Según su demanda, el médico de urgencias no informó a tiempo al neurólogo del hospital que Jonathan había asistido al quiropráctico. Asimismo, el neurólogo tampoco detectó esto en su tomografía.
Tras esto, el hombre es completamente dependiente de su familia durante las 24 horas del día y está obligado a comunicarse a través de parpadeos o usando su nariz para escribir en un teclado.
Es por esta razón que su familia demandó al quiropráctico y a dos funcionarios del hospital, consiguiendo este año que la justicia le concediera una indemnización de 75 millones de dólares por mala praxis, un monto récord en Georgia.
“Realmente siento que no hay justicia real para alguien que perdió todos los aspectos de su vida (...) Solo nos centramos en qué podemos hacer ahora, cómo podemos mantenerlo lo más feliz posible y cómo podemos darle la mejor vida posible”, expresó Jack Buckelew, padre de la víctima.