La enfermera Suze López tenía programada la extirpación de un tumor ovárico benígno de 10 kilos en el hospital Cedars-Sinai, en Los Ángeles. No obstante, cuando le hicieron los exámenes preoperatorios, sus médicos descubrieron que estaba embaraza, pero su útero estaba vacío.
“Debido al gran quiste ovárico que llevaba años creciendo, podría haber sido un falso positivo, incluso cáncer de ovario”, dijo López al área de prensa del hospital.
“Y estaba acostumbrada a tener menstruaciones muy irregulares y algunas molestias abdominales. No podía creer que, después de 17 años rezando e intentando tener un segundo hijo, estuviera realmente embarazada”, agregó.
López tenía un embarazo ectópico abdominal, que ocurre cuando el óvulo fertilizado se implanta fuera del útero, en un órgano vital o en vasos sanguíneos importantes.
“Suze estaba embarazada, pero su útero estaba vacío y un quiste ovárico benigno gigante que pesaba más de nueve kilos ocupaba demasiado espacio”, dijo John Ozimek, director médico de Trabajo de Parto y Parto del centro de salud.
“Entonces descubrimos un bebé casi a término en un pequeño espacio en el abdomen, cerca del hígado, con el trasero apoyado en el útero. Un embarazo tan fuera del útero que continúa desarrollándose es casi inaudito”, agregó el médico.
La milagrosa operación
Con el apoyo de un equipo de 30 especialistas, se llevó a cabo el parto y la cirugía de extracción del tumor.
“Fue muy profundo ver a este bebé a término sentado detrás de un tumor ovárico enorme, no en el útero. En toda mi carrera, nunca había oído hablar de un bebé que hubiera llegado tan lejos en el embarazo”, dijo el ginecólogo oncólogo Dr. Michael Manuel, del Centro Médico Providence Cedars-Sinai Tarzana, a quien llamaron para extirpar el quiste gigante.
“Tuvimos que descubrir cómo sacar al bebé con la placenta y sus vasos sanguíneos adheridos al abdomen, extraer la enorme masa ovárica y hacer todo lo posible para salvar a la mamá y a este niño”, agregó Manuel.
El bebé se llamó Ryu, pesó 3,6 kilos y presentó pocas complicaciones de salud.
“Él es nuestro regalo. Y Ryu y Suze son mis milagros”, dijo Andrew López, padre del bebé y esposo de Suze. “Dios me dio a este bebé para que fuera un ejemplo para el mundo de que Dios existe, de que los milagros, los milagros modernos, sí ocurren”, añadió.
