El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se comprometió este fin de semana a ayudar a rebajar la tensión en la frontera entre Tailandia y Camboya, después de que Bangkok suspendiera un acuerdo de paz y se produjera un intercambio de disparos en la frontera entre los dos países asiáticos.
Trump conversó la noche del viernes por separado con los primeros ministros de Tailandia, Anutin Charnvirakul, y Camboya, Hun Manet, y a continuación presumió ante los periodistas de haber evitado una guerra entre los dos países asiáticos, que mantienen una disputa territorial histórica.
Las razones detrás de la suspensión del acuerdo de paz
El primer ministro de Tailandia suspendió esta semana dicho acuerdo tras un incidente en la frontera divisoria, en el que un soldado tailandés perdió una pierna por una mina antipersonal que, según Bangkok, fue puesta recientemente por los camboyanos.
Anutin, que asumió el poder en septiembre, aseguró a Trump que había inspeccionado personalmente el lugar y confirmado que se colocaron ilegalmente nuevas minas terrestres, por lo que reiteró que mantendrá suspendido el proceso de paz hasta que Camboya reconozca esta acción y asuma responsabilidad por ello.
Según la nota oficial tailandesa, Trump "expresó su comprensión y se comprometió a ayudar a Tailandia a dialogar sobre este asunto con Camboya".
Anutin agregó que aunque Tailandia "ha estado firmemente comprometida con el avance hacia la paz", en la situación actual, el país "debe reservarse el derecho de tomar las medidas necesarias para proteger su soberanía".
Las hostilidades continúan
Los Ejércitos de ambos países se acusaron el miércoles de intercambiar disparos en la frontera común, de unos 820 kilómetros, un hecho por el que Tailandia no ha reportado heridos ni víctimas mortales, mientras que Camboya computó tres civiles heridos y un fallecido de su lado de la divisoria.
Bangkok y Nom Pen se disputan la soberanía de algunos territorios en su frontera, cartografiada por Francia en 1907, cuando Camboya era su colonia. Este conflicto escaló a finales de julio durante cinco días de enfrentamientos que se saldaron con unos 50 muertos y decenas de heridos en ambos lados.