El Teatro Municipal también es un simbólico recinto para Bomberos de Santiago.
La historia cuenta que un incendio producido en sus dependencias durante la noche de 8 de diciembre de 1870 provocó la muerte del ciudadano de origen italiano, Germán Tenderini (42 años), hasta esa fecha el primer mártir de los voluntarios en la capital.
Reconocido por su espíritu generoso y filantrópico, Tenderini comenzó su carrera en el cuerpo de Bomberos prestando valiosos servicios durante una epidemia de cólera.
Tras llegar al país, siguió con el negocio que tenía en Italia (mármoles), especializándose en la elaboración de obras de arte en importados de la ciudad Carrara.
LA TRAGEDIA
Todo sucedió el 8 de diciembre de 1870. Las campanas de alarma comenzaron a sonar y el destino era un lugar ya famoso entre la cada vez más consolidad aristocracia santiaguina: Teatro Municipal.
Durante la función de la cantante lírica Carlota Patti, según cuentan los relatos, el telón cayó y rompió con sus extremos una cañería de gas de alumbrado. El personal recorrió todo el escenario buscando el sitio exacto de la avería. Se sospecha que la llama de un farol encendió el gas acumulado. Todos los elementos que se encontraban sobre el escenario eran altamente inflamables por lo que el fuego se propagó con mucha rapidez.
Al rescate concurrieron, entre otros, el propio teniente Tenderini y el voluntario Arturo Villarroel, pertenecientes ambos a la Compañía de Salvadores y tea. Juntos a ellos se encontraba Santos Quintanilla, empleado del Teatro, quien se había dirigido hacia el escenario intentando extinguir el foco del incendio.
Cuando el incendio fue sofocado los voluntario pasaron lista. El único que no respondió fue Tenderini. Su cuerpo fue encontrado calcinado dos días después entre los escombros de Teatro Muncicipal. Cercano a él se encontró a Quintanilla.
Como reconocimiento, la calle aledaña a este legendario recinto tomó el nombre de Tenderini, en honor al valiente y fallecido voluntario.
FUENTE: urbatorium.blogspot