La denuncia de Luz, de 91 años, pone sobre la mesa una discusión en torno a la tenencia responsable de mascotas y los derechos de las personas mayores. La mujer interpuso un recurso de protección en contra de su vecino, por los constantes ladridos de su perro, acción legal que fue acogida por la Corte de Apelaciones de Concepción.
"Los ladridos me producen trastornos de la vida diaria", justificó Luz Matus, de Hualpén, en conversación con Canal 24 Horas.
Apelando al derecho a la salud y a la vida digna de una persona mayor, la mujer acudió a la justicia por sugerencia del Hospital Las Higueras.
La Quinta Sala del tribunal de alzada estableció que el actuar de la parte aludida constituye “violencia sorda”, la que afecta el derecho a la salud y la vida digna de una persona mayor.
El fallo plantea que este concepto alude a aquello que "afecta el descanso, genera estrés y ansiedad, y puede exacerbar condiciones médicas preexistentes en personas de avanzada edad, vulnerando así su derecho a la salud y a una vida digna".
Por ello, se condenó al tutor a adoptar medidas para cambiar la conducta del can, obligándola incluso a aplicar aislamiento acústico.