Víctor Bastida Ballestero, es un ingeniero mecánico que hace cuatro años viajó a Indonesia a trabajar en minería. Hoy, su familia ruega por encontrarlo con vida. Él, junto a otros seis trabajadores, quedaron atrapados tras el derrumbe en la Mina Grasber Freeport, en Papúa, el 8 de septiembre.
Víctor tiene 31 años, oriundo de Coltauco, y es uno de los cinco mineros que sigue atrapado en la mina, la cual figura como la mayor mina de oro y la segunda mina de cobre más grande del mundo.
"Me llamó Robert, el jefe de mi hermano, y nos dieron la información de que hubo un derrumbe de barro y que él quedó atrapado con siete personas, incluido él (...) lo estoy esperando, no he comido papas fritas porque lo estoy esperando a él. Tenemos mucha fe en Dios y sabemos que esto va a ser un mal sueño", comentó entre lágrimas Yessenia Bastida, hermana de Víctor.
Por su parte, Juan Farías, cuñado del minero desaparecido, quien también es contratista de la misma empresa, consignó que: "Es una mina bastante húmeda, las condiciones climáticas son muy adversas (...) terminando el 2020 llamé a Víctor para que fuera a trabajar con nosotros allá".
Ya han pasado 18 días del accidente y la familia aún no han tenido comunicación fluida desde la empresa en la que trabaja Víctor, tampoco la han tenido por parte de cancillería, desde donde aseguraron que a través de la embajada en Indonesia han estado en permanente contacto con la familia de Víctor y la empresa.
Se estima que al menos 800 toneladas de agua y barro escurrieron hacia los niveles subterráneos de la mina, pero la familia de Víctor no pierde las esperanzas de que aparezca.