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Los principales mitos sobre entrenar en invierno

Aunque el clima y la falta de motivación parecen razones de peso para posponer el entrenamiento, expertos aseguran que el invierno puede ser la mejor época para empezar a moverse.

24horas.cl

Viernes 27 de junio de 2025

Con la llegada del invierno, las ganas de mantenerse activo muchas veces se enfrían junto con la temperatura. Los días cortos, el frío y la rutina suelen convertirse en excusas razonables para aplazar ese propósito de moverse más y cuidarse mejor. Pero, según los expertos, esta estación podría ser justamente el mejor momento para comenzar.

 “Entrenar en invierno puede parecer contraintuitivo, pero tiene muchas ventajas si se hace con constancia”, dice Jorge Pizarro, Gerente Técnico de la cadena de gimnasios Smart Fit en Chile. “El frío nos obliga a ser más disciplinados, y eso construye hábitos más sólidos en el tiempo”, señala.

Los mitos sobre entrenar en invierno

“Sudamos menos en invierno, por lo tanto quemamos menos calorías”

Falso. “El sudor no es un indicador directo de gasto calórico. De hecho, el cuerpo en invierno gasta más energía para mantener la temperatura interna, lo que puede traducirse en mayor quema calórica durante ciertos tipos de entrenamiento”, expresó el especialista.

 “En invierno rindo menos”

Pizarro explica que esto depende más de la regularidad que del clima. “Este es un tremendo mito. Lo cierto es que una persona que entrena tres veces por semana en invierno tendrá más avances que quien entrena solo en verano”. Lo clave, dice, es ajustar las metas y escuchar al cuerpo. “No se trata de romper récords, sino de mantenerse en movimiento”.

 “En invierno estoy más expuesto a enfermarme después de entrenar”

Uno de los clásicos. Pero el ejercicio, en la mayoría de los casos, fortalece el sistema inmune. “Mientras te abrigues bien después de entrenar y mantengas una buena higiene, el riesgo no es mayor. De hecho, es importante elegir un gimnasio que tenga una buena implementación como camarines que te permitan siempre concluir una jornada de entrenamiento con todos los cuidados”, afirma.

“Es más fácil lesionarse”

El frío sí puede hacer que los músculos y tendones estén menos flexibles, pero el riesgo de lesión se reduce significativamente si se hace un buen calentamiento, se usa la ropa adecuada y se escucha al cuerpo. “En muchos casos, el entrenamiento guiado incluso previene lesiones típicas del sedentarismo, por lo que seguir una pauta adecuada te ayuda a prevenir lesiones en cualquier periodo del año. Nosotros nos preocupamos que cada alumno cuente con toda la información y espacios para preparar bien una rutina de ejercicio”, destaca Pizarro.

 “Voy a esperar a que vuelva el buen clima”

Quizás el autoengaño más peligroso. “La motivación no es el punto de partida, es una consecuencia. Si esperas a tener ganas para moverte, probablemente no lo harás. Pero si partes, aunque sea con poco, las ganas empiezan a aparecer después y los resultados son el mejor elemento motivador”, dice Pizarro.

En tiempos donde el estrés, el sedentarismo y los cambios de rutina se vuelven parte del paisaje cotidiano, comenzar a entrenar en invierno no solo es posible, sino recomendable. No para lograr un “verano sin polera”, sino para sentirse mejor desde ahora. Al final, el mejor momento para empezar no siempre es cuando hace calor, sino cuando uno está listo para dejar de postergarse.

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