La kiss cam de los conciertos de Coldplay causó estragos en junio de 2025, cuando la cámara enfocó a Kristin Cabot, entonces directora de Recursos Humanos de la empresa tecnológica Astronomer, junto a su jefe, Andy Byron, consejero delegado de la compañía y casado. A meses del escándalo, la ejecutiva rompió el silencio en conversación con The New York Times.
"Tomé una mala decisión, me tomé un par de High Noons, bailé y actué de manera inapropiada con mi jefe”, dijo en la entrevista. Además, aseguró que no mantenían una relación, que solo tomaron unos tragos y bailaron juntos, momento en que fueron captados por la cámara.
Tras la viralización del video, ambos renunciaron a sus trabajos. Byron renunció como CEO de Astronomer y terminó con su esposa, y la empresa anunció la salida de Cabot, quien estaba en proceso de divorcio con quien ahora es su exmarido.
“No es algo menor. Asumí mi responsabilidad y renuncié a mi carrera por ello. Ese es el precio que decidí pagar”, reflexionó. Y añadió: “Quiero que mis hijos sepan, que se pueden cometer errores y meter la pata. Pero no tienen por qué amenazarlos con matarlos por ellos”.
Las repercusiones también llegaron a través de redes sociales. Ella misma aseguró que llegó a recibir amenazas de muerte y que se convirtió en “un meme” y en “la directora de recursos humanos más denigrada de la historia”.
Cabot afirmó que poco a poco recuperó su vida normal. Su contacto con Byron fue mínimo y cesó definitivamente en septiembre, cuando ambos acordaron que seguir en comunicación hacía “demasiado difícil sanar”.