Después de siete años de ausencia, Silvio Rodríguez regresó este lunes a los escenarios chilenos con un concierto que transformó el repleto Movistar Arena en un encuentro íntimo y profundamente emotivo.
Medio siglo después de su primera visita al país, cuando fue invitado por las Juventudes Comunistas, el cantautor cubano reafirmó la devoción que despierta entre el público chileno: miles de asistentes llenaron el recinto santiaguino desde temprano, mientras Manuel García, encargado de abrir la jornada, preparaba el ambiente.
Durante la presentación del músico nacional, la llegada de la expresidenta Michelle Bachelet desató una ovación espontánea, a la que el propio García se sumó interpretando un fragmento de Michelle, de The Beatles.
Pasadas las 21:00 horas, con una puesta en escena sobria –donde sólo los colores de la pantalla gigante iban cambiando– las luces y los instrumentos dieron paso al verdadero protagonista: Rodríguez y su voz intacta y enriquecida por los años.
Antes de dar inicio a su repertorio, el trovador cubano recitó un extracto de Maestros Ambulantes de José Martí, marcando el tono reflexivo de la velada.
El concierto fue un recorrido entre nuevas composiciones y homenajes, pero alcanzó su punto más alto con las canciones que forman parte de la memoria colectiva latinoamericana: 'Canción del elegido', 'Quién fuera', 'Te amaré', 'La era está pariendo un corazón', 'Ángel para un final', 'El necio' y, por supuesto, 'Ojalá'; que fueron coreadas por el público.
Uno de los momentos más emocionantes de la noche llegó con el homenaje a Víctor Jara, cuando Rodríguez interpretó, sólo al piano tocado por su hija Malva, una profunda versión de Te recuerdo Amanda.
Así, la presentación de Silvio Rodríguez en Santiago fue un viaje por la historia y la sensibilidad del trovador, quien ha sabido mantener vigente su voz y su mensaje.