La cola de mono es uno de los tragos más tradicionales de la Navidad en Chile y, a pesar de la aparición constante de nuevas tendencias en coctelería, sigue vigente generación tras generación, consolidándose como un infaltable de las celebraciones de fin de año.
Según explicó Ricardo Guerrero, director de Bar Academy, su permanencia se debe a que “no es sólo un trago”, sino que “está asociada a momentos específicos: reuniones familiares, cierre de año y rituales que se repiten”.
“Las tendencias pasan, pero los sabores vinculados a experiencias emocionales se mantienen en la cultura”, manifestó, agregando que “este brebaje de café, leche, especias y alcohol es identidad chilena servida en vaso”.

¿CÓMO LOGRAR LA COLA DE MONO PERFECTA?
Ricardo indicó que el principal factor que define una buena cola de mono es el equilibrio entre sus componentes. “La proporción entre café, leche y alcohol es la clave absoluta. Se desarma cuando uno de los elementos manda sobre los otros”, especificó.
En la misma línea, indicó que el balance correcto se logra cuando “el café aporta profundidad y amargor, la leche entrega cuerpo y textura, y el alcohol sostiene el conjunto sin sentirse invasivo”.
Para ello, recomendó trabajar siempre con buenos insumos:
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Lácteos: Leche entera y leche evaporada (para mayor consistencia).
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Base de café: Café de grano bien concentrado.
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Endulzante: Azúcar (correctamente disuelta).
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Saborizantes: Especias dosificadas.
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Alcohol: Un destilado de calidad.
”Cuando la base es buena y las proporciones están controladas, la cola de mono funciona sola”, afirmó.
Consultado por el tipo de café, si de grano o instantáneo, Ricardo fue categórico: “Siempre recomiendo café de grano, idealmente de tostado medio. El café instantáneo es práctico, pero su perfil es plano y metálico”.
En cuanto a las especias, sugirió infusionarlas enteras en la leche caliente, sin llegar a hervir. Aunque sí deben preocuparse de las cantidades, que deben ser precisas: una rama pequeña de canela por litro, uno o dos clavos de olor como máximo y nuez moscada rallada finamente al final del proceso.
En tanto, para endulzar, aconsejó el uso de azúcar blanca o chancaca bien disuelta, evitando endulzantes aromáticos que compitan con el café.
Guerrero también señaló que la calidad del alcohol cumple un rol clave en este trago tradicional: “Un destilado mal trabajado aporta impurezas que el cuerpo resiente después. Un alcohol limpio y bien filtrado se agradece, incluso al día siguiente”.
Y es que, según señaló, “muchas veces la resaca no tiene que ver con la cantidad, sino con la calidad”.
Variaciones: bebidas vegetales y sin alcohol
Las versiones con leches vegetales son posibles, aunque, según Ricardo, cambian el perfil del trago. “La que mejor funciona es la leche de avena, por su textura y dulzor natural. No es la misma cola de mono tradicional, pero puede ser una reinterpretación válida si se entiende como tal”, explicó.
En el caso de la versión sin alcohol, enfatizó que no se trata de imitar el sabor del destilado: “El carácter se reemplaza con estructura, no con ‘sabor a licor’. Para eso se necesita un café más concentrado, especias mejor trabajadas y, eventualmente, un toque de vainilla natural o bitter sin alcohol”, detalló.
El secreto para una cola de mono de nivel premium
Finalmente, para Ricardo, el verdadero salto de calidad, más allá de la calidad de los ingredientes, está en la técnica.
“El secreto está en el control: de la temperatura, de las proporciones y del tiempo. No hervir, no improvisar, no sobre especiar y dejar reposar la preparación al menos 24 horas para que se integre”, afirmó.
Sobre la misma, indicó que entre los errores más frecuentes están el abuso del alcohol, el uso de café de baja calidad, la cocción excesiva, la sobrecarga de especias y el endulzado sin prueba previa: “La cola de mono es una receta simple, pero exige cuidado. Cuando se descuida, pierde su identidad”, concluyó.
- 250 ml de leche entera
- 150 ml de leche evaporada
- 200 ml de café espresso fuerte
- 150 ml de Pisco Añejado
- 100 g de azúcar o chancaca
- Toques maestros: 1 cb de esencia de vainilla, 1 cb de ralladura de naranja, 1 rama de canela, 3 clavos de olor, 1 anís estrellado, ½ semilla de cardamomo, una pizca de nuez moscada recién rallada.
Preparar la base:
- 250 ml de leche entera, 150 ml de leche evaporada, 100g de azúcar o chancaca,
- Añade los toques maestros: esencia de vainilla, ralladura de naranja, canela, clavos, anís estrellado, cardamomo y nuez moscada.
- Añade también el café espresso caliente (200 ml), para disolver el azúcar y activar las especias.
- Cocina y revuelve a fuego bajo sin dejar que la mezcla hierva, permitiendo que las especias liberen sus aromas y se mezclen con la leche y el café.
Incorporar el alcohol:
- Una vez finalizada la cocción, deja enfriar y añade 150 ml de pisco añejado. Mezcla bien.
Filtrado y presentación:
- Cuela la mezcla con un colador fino para retirar las especias y ralladura. Transfiere a una botella o jarra y refrigera por 24 horas para que se integre.
- Llena un vaso rock con hielo transparente. Sirve la Cola de Mono fría y decora con un twist de cáscara de naranja o una estrella de anís.