Este 3 de junio se celebra el Día Mundial de la Bicicleta, y Chile tiene razones para celebrar. Según datos de la más reciente Encuesta de Movilidad realizada por el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), los viajes en bicicleta en Santiago se duplicaron entre 2012 y 2024, pasando de un 4% a un notable 7,8% del total de viajes, es decir, ¡1,5 millones de trayectos sobre dos ruedas!
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Para Rodrigo Mora, académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile y experto en planificación urbana y movilidad activa, “este crecimiento nos sitúa entre los líderes latinoamericanos en uso de la bicicleta”. De hecho, Santiago supera a Londres (4,5%) y se acerca al 11% de París, dos ciudades ícono en la promoción del ciclismo urbano.
Una tendencia que se pedalea en regiones
Pero este fenómeno no es igual en todo el país. En ciudades del centro sur como Talca, Linares, Chillán o San Fernando, el uso de la bicicleta llega al 11 o 12% de los viajes. En cambio, en el norte, donde curiosamente el clima es más favorable para pedalear; el uso no supera el 2%, probablemente por razones culturales.
“La bicicleta en el centro sur está profundamente ligada a la vida cotidiana del campo. Es parte de la identidad”, explica Mora.
¿Y las ciclovías?
El aumento del uso también ha impulsado la construcción de infraestructura ciclista, aunque con desigualdades. Las comunas más acomodadas, como Providencia, Ñuñoa y Santiago Centro, llevan la delantera en ciclovías. En 2024, el Gobierno Regional Metropolitano (GORE RM) anunció un plan para triplicar la red, con 820 nuevos kilómetros para ciclistas.
A nivel nacional, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones estima que actualmente hay 1.225 km de ciclovías construidas, y se proyectan 1.661 km adicionales, lo que significaría un crecimiento del 136%. La meta: 22,1 km de ciclovías por cada 100 mil habitantes.
Los desafíos de la “segunda etapa”
Para Rodrigo Mora, ahora es el momento de subir de nivel. “Necesitamos avanzar hacia una segunda etapa, donde no solo se construyan más ciclovías, sino que se fomente el uso cómodo y seguro de la bicicleta”, afirma. Algunas ideas que propone:
- Subsidios para bicicletas eléctricas, especialmente para personas de menores ingresos.
- Estacionamientos seguros y gratuitos en trabajos, universidades y estaciones de metro o buses.
- Integrar la bicicleta con el transporte público, para viajes más largos y eficientes.
Usar la bicicleta no solo es más barato y rápido, también es saludable, reduce la contaminación y ayuda a descongestionar las ciudades. Como dice el académico, “pedalear es una forma concreta de construir barrios más vivos y sostenibles”.
