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Sostenibilidad

Brasil impulsa un fondo global para pagar a países que conserven sus bosques tropicales

Brasil lanza un nuevo fondo que busca financiar la protección de bosques tropicales, pagando a países por mantenerlos en pie. El plan aspira a recaudar USD 25 mil millones.

Bosque en la Amazonía.

Vicente Barraza

- TVN

Miércoles 5 de noviembre de 2025

Brasil presentará esta semana una propuesta internacional para crear un nuevo mecanismo financiero que incentive a los países con bosques tropicales a mantenerlos en pie. El proyecto, denominado Tropical Forest Forever Facility, aspira a entregar hasta USD 4.000 millones al año ($3,78 billones de pesos chilenos) a 74 naciones que conserven sus bosques intactos.

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La iniciativa, que será anunciada durante la Cumbre Climática de la ONU en Belém, busca transformar la conservación forestal en un activo económico, compensando a los países que eviten la deforestación. Según el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil, el fondo "movilizaría capital a gran escala con flujos financieros sostenidos para conservar la biodiversidad y reducir emisiones".

¿Cómo funcionaría el fondo?

El modelo es simple: los países recibirían pagos de USD 4 (unos $3.800 pesos chilenos) por hectárea de bosque mantenida en pie. La verificación se haría por imágenes satelitales, lo que elimina la necesidad de mediciones de carbono más complejas como ocurre en los mercados de créditos verdes.

Sin embargo, para entrar en el esquema se exige una condición: tener una tasa de deforestación inferior al 0,5% anual. Esto excluye a países con pérdida forestal severa como Indonesia, donde la expansión del aceite de palma y la minería han devastado extensos territorios.

Además, el 20% de los recursos debería llegar directamente a comunidades locales y pueblos indígenas, aunque organizaciones ambientales advierten que ese punto será difícil de fiscalizar en países donde estas comunidades no tienen reconocimiento legal.

Un desafío de financiamiento

Para comenzar a operar, el fondo requiere USD 25 mil millones ($23,6 billones de pesos chilenos) provenientes de gobiernos y filántropos, y luego USD 100 mil millones ($94,5 billones de pesos chilenos) de inversionistas privados. Hasta ahora, sólo Brasil ha comprometido USD 1.000 millones ($945 mil millones de pesos), administrados a través del Banco Mundial.

Pese a sus ambiciones, la propuesta enfrenta críticas: el pago por hectárea sería bajo para competir con actividades rentables como ganadería, soja o minería, que suelen impulsar la deforestación. También existe el riesgo político: un cambio de gobierno podría revertir compromisos climáticos, como ocurrió durante el mandato de Jair Bolsonaro en Brasil.

Por qué importa este fondo

Los bosques tropicales absorben grandes cantidades de CO₂ y son clave para frenar el calentamiento global. Sin embargo, según la FAO, el mundo pierde 11 millones de hectáreas de bosque al año, pese a las múltiples iniciativas internacionales lanzadas en las últimas décadas.

Los mercados de bonos de carbono, creados para compensar emisiones, han sido cuestionados por fallas de verificación e inflar cifras de conservación. El fondo brasileño pretende saltarse ese problema: no pagará por "reducción de emisiones", sino por bosque que sigue existiendo.

El rol político de Lula

El proyecto es la gran apuesta climática del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien busca reposicionar a Brasil como líder global en defensa de la Amazonía. Desde su regreso al poder, la deforestación en Brasil ha caído más de 50%, pero los estados amazónicos como Pará y Mato Grosso siguen siendo zonas críticas por la presión de la agroindustria.