Un pequeño hongo nativo, que no se registraba en Concepción desde 1906, volvió a aparecer en los bosques del Campus Naturaleza de la Universidad de Concepción (UdeC). El hallazgo fue realizado por el micólogo Dr. Götz Palfner y un grupo de estudiantes durante una salida a terreno en septiembre de 2024.
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Se trata de Nothojafnea thaxteri, una especie en forma de copa de apenas un centímetro de diámetro, tonalidades blancas por fuera y rojo oscuro en su interior. Es un ascomicete emparentado con las trufas, cuya última recolección en la zona fue realizada hace más de un siglo por el micólogo estadounidense Roland Thaxter.
“Es una especie pequeña, no muy llamativa, pero de gran interés micológico”, explicó el Dr. Palfner, académico del Departamento de Botánica UdeC.
Un fósil viviente del bosque penquista
Nothojafnea thaxteri fue descrita por primera vez en 1957 como Peziza thaxteri y renombrada en 1971 por la experta argentina Irma Gamundi. Hasta hace poco, se pensaba extinta en su localidad original.
En 2014, el Dr. Palfner la halló en la Reserva Nacional Los Ruiles, pero no había confirmación de su permanencia en Concepción. El nuevo registro desmiente su extinción local y confirma su presencia viva en el mismo territorio donde fue descubierta.
“Hoy podemos decir que esta especie sigue presente en su hogar original”, afirma el investigador. El hongo establece simbiosis con árboles de hualle (Nothofagus obliqua), un vínculo esencial para su desarrollo. “Basta que haya un solo árbol para que lo acompañe una diversidad considerable de hongos”, asegura el experto.
Urgencia por conservar y educar
Clasificada como vulnerable en la Lista Roja Global de Hongos de la UICN, la especie podría beneficiarse de medidas de conservación locales. El Dr. Palfner propone que se elabore una ficha nacional para el Ministerio del Medio Ambiente, con el fin de proteger este patrimonio biológico.
Además, destacó el valor formativo del hallazgo.
“Hay mucha información sobre flora y fauna, pero los hongos siguen siendo los grandes olvidados. Necesitamos más educación micológica”, plantea.
Campus Naturaleza UdeC, con sus 25 hectáreas de bosque nativo, se ha convertido en un laboratorio vivo para el estudio de especies únicas. El Dr. Palfner proyecta seguir explorando sectores aún no intervenidos del campus.
“Cada parche de bosque cuenta. Son refugios vitales para especies que podrían desaparecer sin que siquiera las conozcamos”, dice.