A poco más de dos semanas para el partido contra Independiente de Avellaneda, válido por la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, Universidad de Chile recibió un duro mazazo luego que Conmebol anunciara la apertura de un expediente disciplinario en el cual apuntó al comportamiento del público en el encuentro ante Club Guaraní en el Estadio Nacional (17 de julio).
El organismo rector del fútbol sudamericano consignó tres infracciones al Reglamento de Seguridad de la Conmebol (artículos 23 literal a), 24 literal e) (ii) y 25 literal m) y una al Código Disciplinario de la entidad (artículo 11.2 literal i).
El primer punto alude a la instalación de textiles como trapos, frentes, banderas, pancartas, banners, tiras y elementos que taparon la visual de la tribuna (artículo 23), mientras que el segundo habla del despliegue de un escudo que no se habría ajustado a protocolo (artículo 24).
Asimismo, los simpatizantes estudiantiles habrían escalado "estructuras e instalaciones no destinadas para su uso como barreras, rejas, muros, cornisas, postes de luz, plataformas de cámaras, árboles, mástiles de cualquier tipo y tejados", lo que está prohibido por el artículo 25.
Si lo mencionado anteriormente no fuese suficiente, a Universidad de Chile también se le acusa de "no acatar las instrucciones del organizador del torneo" (artículo 11.2).