Revisa la saga completa aquí:
- A la sombra del dragón II: los reincidentes de la Bang de Fujian
- A la sombra del dragón III: el tridente que cayó en la "Operación Muralla Oriental" y su nexo con la estafa de KnightsBridge
—Él se presenta en los locales con uniforme de Carabineros haciendo como que iba a comprar comida, con el fin de cobrar el dinero. Tenía un parche en su chaqueta, el cual decía “G. Hernández”.
Un testigo reservado, en medio de la indagatoria para la “Operación Muralla Oriental”, fue el que reveló quién era el carabinero que proveyó de armas y droga a la mafia china.
En su relato apuntó directamente al uniformado Gonzalo Hernández Salinas, quien será formalizado este viernes en el Centro de Justicia —posiblemente por cohecho— en conjunto a una chilena y decenas de chinos, bajo delitos de lavado de activos, homicidio, secuestro, extorsión, entre otros.
De acuerdo con los antecedentes obtenidos por Informe Especial, el informante anónimo señaló que Hernández le entregaba marihuana creepy a Huan Tao, sindicado como el líder de la organización criminal, quien a su vez le pagaba en dinero en efectivo.
Tal como informó IE, según la indagatoria Tao era secundado en sus actividades criminales por otros dos chinos: Xingwang Cai y Haifeng Tang, quienes aparecen vinculados a homicidios, secuestros y extorsiones. Los tres están en prisión preventiva y este viernes al mediodía se les comunicarán cargos por delitos relacionados al crimen organizado.
En efecto, dicho tridente criminal también aparece prestando “servicios” a otro grupo de chinos ligados a la mafia “Hongmen”, que por primera vez se detectó en Chile y que se suma a la ya conocida Bang de Fujian.
“Necesito dinero”
Según los antecedentes que constan en la investigación, Hernández no solo vendía armas y drogas, sino también cobraba $500 mil cada vez que le entregaba información sobre fiscalizaciones que haría la policía uniformada, el Servicio de Impuestos Internos (SII) o la Municipalidad de Santiago.
De acuerdo con el análisis que realizó la PDI al teléfono de Huabing Song, este último hablaba regularmente con tres números de teléfono.
Para sorpresa de los investigadores, cada uno de ellos era utilizado por el ahora excarabinero.

En las imágenes sobre el asunto, que la PDI incluyó en uno de sus informes, quedó a la vista el avatar con la foto de Hernández: “De verdad necesito dinero, ayúdame a vender esto por favor”.
Actualmente Song se encuentra en prisión preventiva como el presunto autor del homicidio ocurrido en el Barrio Meiggs el 3 de octubre de 2023, donde murió baleado Xiong Chen.
“Amigos y hermanos”
Los detectives antinarcóticos analizaron también otros mensajes. En uno de ellos —fechado el 31 de julio de 2024— Hernández le reveló al imputado que se venía una fiscalización, para que estuviera atento y avisara a “sus amigos” del sector.
Acto seguido, le indicó que estaría ocupado a raíz del cumpleaños de su esposa.
Lejos de molestarse, Huabing Song le respondió amablemente: “Saluda a tu esposa. La felicito mucho. Cuando es tu cumpleaños me avisas para un regalo”.
En otra conversación de WhatsApp, el expolicía le contó del nacimiento de su hijo. El chino le respondió: “Cuando el niño tenga un mes, ven a jugar a la tienda”. Acto seguido, Hernández le pidió borrar los mensajes.
“Sé que somos buenos amigos y hermanos, por eso me preocupo por ti, no te preocupes”, le respondió vía mensajería.
Más aún, el excarabinero también mantenía contacto con Wen Chen, detenido en el marco de una trama de delivery de droga transcontinental, ejecutada mediante encomiendas enviadas desde Europa y México hacia Chile, cuya red era liderada por delincuentes reincidentes de la Bang de Fujian.
“No pueden entrar al local nuestro”
En una de las conversaciones, Chen se quejó de que vino la policía a fiscalizar y que, pese a decir que pagaba por protección, no fue escuchado.
“Recién vienen dos patrulleros, nos pararon, nos cierran la puerta y uno (un carabinero) entró a mi local”, escribió.
Y prosiguió con su reclamo: “Bueno, ahora se fue, pero hoy se pararon en un montón de lugares ¿Qué pasó? ¿Hablaste? Recién me llevaste $120 mil y ahora entran a mi local y se llevan $40 mil más ¿qué onda con ese trabajo?”
Hernández les respondió: “(Les) dijiste: ‘Ven, entra aquí, tengo mi licencia’ y les hiciste entrar, le pasaste $40 mil y él te dijo que no”.
“Si no soy yo, no tienes que abrir la puerta (del local)”, le advirtió Hernández.
“En realidad perdí $100 mil, mi amigo dio $40 mil, pero bueno, ya está. Es poquita plata, no pasa nada, pero avisa que no pueden entrar al local nuestro (...) pero bueno la cosa ya pasó, pero no quiero que pase otra vez (...) gracias nano, cualquier cosa hablamos”, respondió Wen Chen.
Hernández se justificó: “Sí, tranquilo. Si el que entró es amigo mío, él no iba a hacer nada malo en el local, tienes que estar tranquilo de eso. Lo que sí estaba pidiendo era la licencia del conductor del auto rojo, porque estaba ebrio e iba a conducir”.
“¿Está desocupadito?”
Otra conversación se produjo con una mujer extranjera: “Sabe que le quería hacer una consulta ¿Usted cuando está desocupadito para que pase por aquí al restaurante?”
Hernández respondió de modo servicial: “¿Qué necesita? ¿Qué pasó?”.
“Es que uno de mis jefes necesita preguntarle algo así como personal, o sea en persona, para no hablarlo por teléfono, entonces para ver cuándo puede faltar, para que él esté aquí”, explicó.
Hernández se comprometió a acudir: "Ya, a ver si más ratito puedo pasar para allá".