Son bien conocidos los beneficios de una caminata diaria para nuestra salud y el sistema cardiovascular. Sin embargo, recientemente ha surgido evidencia que destaca a otro deporte como una alternativa más eficiente y hasta cuatro veces más beneficiosa que caminar: el ciclismo.
Según un estudio publicado por el profesor Anthony Blazevich, de la Universidad Edith Cowan en Australia, esta afirmación se sustenta en la eficiencia que ofrece esta opción en comparación con otras disciplinas físicas.
El experto indicó que cuando se monta en bicicleta, la persona realiza un menor gasto energético que al caminar. Cada paso implica levantar el propio peso contra la gravedad en un movimiento de "caída controlada", lo que demanda mayor energía que el pedaleo. En cambio, el movimiento circular del pedaleo es más compacto y requiere un consumo energético inmediato menor.
La bicicleta, además, "convierte la fuerza muscular en desplazamiento con una eficiencia muy superior y con menos impacto que los golpes repetitivos" que se producen al caminar. Gracias a los distintos engranajes, el nivel de exigencia puede adaptarse fácilmente a cada persona.
El ciclismo es un deporte de bajo impacto, ideal para quienes tienen problemas articulares, pues "evita las cargas repetitivas propias de caminar o trotar". También mejora la oxigenación del cerebro, lo que favorece una "mente más clara y contribuye a una mejor salud mental y cognitiva".
Otra ventaja es su versatilidad: puede practicarse tanto en bicicleta tradicional como en bicicleta estática, obteniendo beneficios similares en ambos casos. Incluso sesiones de 20 a 30 minutos resultan efectivas. Además, personas con movilidad reducida pueden encontrar en esta disciplina un aliado para mantenerse activas.
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