Un hábito podría estar saboteando tu salud y tu peso sin que lo notes. Aunque muchas personas no lo consideran un problema, esta costumbre es una de los más perjudiciales, ya que puede llevar al aumento de peso y a diversos trastornos digestivos, según advierten especialistas que destaca La Nación de Argentina.
José Viña, médico y catedrático de Fisiología en la Universidad de Valencia, advierte en su libro Cómo vivir para envejecer mejor que comer demasiado contribuye a una mayor ingesta de calorías.
"Es importantísimo comer despacio para poder comer bien y para comer menos. Si como deprisa, como demasiado. Y esto es un error tremendo", aseguró el académico, quien lidera el grupo de investigación Freshage sobre envejecimiento saludable.
Este mal hábito no solo lleva a comer en exceso, sino que también impide disfrutar plenamente de los alimentos y dificulta una correcta digestión, por lo que Viña destacó que "lo que pasa de ser un arte (comer) se convierte en una mera satisfacción de una necesidad biológica".
Además, comer rápido también impacta directamente en la salud digestiva. Según el sitio QuirónSalud, una buena digestión mejora la absorción de nutrientes, previene trastornos como el estreñimiento o la inflamación, y favorece el equilibrio de la microbiota intestinal, lo cual refuerza el sistema inmunológico.
Clara Joaquím, endocrinóloga del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, reforzó esta idea:
"Una alimentación saludable no depende únicamente de los alimentos, sino también del tiempo que invertimos en comerlos y cómo lo hacemos. Sentarse, masticar bien, elegir alimentos saludables, comer en familia… Todo influye, aunque no lo notemos".
En resumen, comer lento no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también mejora la salud integral del cuerpo. Cambiar este simple hábito puede marcar una gran diferencia.