Las parejas de los futbolistas que militan en la Premier League no se encuentran contentas viviendo en Inglaterra, puesto que no se han adaptado a su estilo de vida en el país europeo. Así lo advierte una publicación del medio británico Daily Mail, que detalla el plan para revertir esta situación que preocupa.
"No encuentras un buen restaurante italiano, ni sushi de calidad, ni comida sana... todo congelado", expresó en alguna ocasión Sara Arfaoui, esposa de Ilkay Gundogan, mediocampista del Manchester City.
Precisamente, la incomodidad de los familiares ha puesto en alerta a los clubes de la Premier League. Las entidades deportivas se han dado cuenta de que las parejas de futbolistas no están cómodas y han analizado distintas fórmulas para solucionar este descontento.
Según el medio citado, una de las medidas que han implementado los elencos ha sido la contratación de servicios de apoyo, que son expertos que ayudan a los integrantes de la familia de los futbolistas a adaptarse psicológicamente a la vida en Reino Unido.
De acuerdo a lo expresado por el 'coach' Hugo Scheckter efectivamente se ha podido ver una frustración en las parejas de los futbolistas que militan en los clubes del Reino Unido.
"Mudarse puede ser difícil. Es algo que estamos viendo claramente: cómo ellos están felices, ellas no".
También el experto asegura que las esposas no suelen mostrar su insatisfacción públicamente, pero puertas adentro la realidad es diferente. Aquello, podría significar en un posible cambio de aires para los jugadores lo que sería "un desastre para los clubes".
Tiempo atrás, la esposa del argentino Ángel Di María, Jorgelina Cardoso, apuntó sin filtro en una oportunidad al decir que la comida inglesa "es repugnante". En tanto sobre el clima, sostuvo que se quería "morir" al ver que se oscurecía tan temprano.
“En Manchester fue lo peor, es todo horrible”, expresó en una entrevista tiempo después que su marido jugara por Los Diablos Rojos.
"Yo soy amiga de Gianinna Maradona, que en ese momento estaba con el Kun Agüero, entonces nos fuimos a vistarlos dos o tres días a Manchester y cuando nos fuimos le dije ‘que te compren de cualquier país, menos de Inglaterra’, yal año siguiente caemos en Inglaterra: una mierda”, recordó.