Una paciente con enfermedad de Parkinson tocó el clarinete mientras se sometía a una cirugía de estimulación cerebral profunda, un procedimiento destinado a controlar sus síntomas. Esto permitió a los cirujanos escuchar en tiempo real los efectos de la intervención.
Según informó el Hospital King’s College de Londres, Denise Bacon, una terapeuta del habla y del lenguaje jubilada de 65 años, residente en East Sussex, sufría lentitud de movimiento y rigidez muscular a causa del Parkinson, lo que afectaba su capacidad para caminar, nadar, bailar y tocar su querido clarinete.
Durante la operación, que se extendió por cuatro horas en julio, el profesor de neurocirugía Keyoumars Ashkan MBE realizó el procedimiento de estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés), que consiste en implantar electrodos en el cerebro de pacientes con trastornos del movimiento resistentes a los tratamientos convencionales.
“Los resultados fueron instantáneos en la mesa de operaciones”, indicó el hospital. “El movimiento de los dedos de Denise mejoró de inmediato, lo que le permitió tocar el clarinete con mucha mayor facilidad”.
Ashkan explicó que, dado el interés de Bacon por la música, se le sugirió llevar su clarinete al quirófano para comprobar si el procedimiento mejoraba su capacidad de ejecución, uno de los principales objetivos de la cirugía. “Nos alegró ver una mejora inmediata en sus movimientos y, en consecuencia, en su habilidad para tocar, una vez que se aplicó la estimulación cerebral”, señaló.
Bacon había sido integrante de la banda de conciertos de East Grinstead, pero tuvo que dejar de tocar hace cinco años debido a los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Tras la intervención, comentó: “Recuerdo que mi mano derecha pudo moverse con mucha más facilidad una vez aplicada la estimulación, y eso mejoró mi capacidad para tocar el clarinete, lo cual me hizo muy feliz”.
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