La golondrina de mar negra (Hydrobates markhami), pequeña ave marina que habita desde el sur de Perú hasta el norte de Chile, enfrenta una grave amenaza en la región de Tarapacá: la acumulación de basura y residuos textiles en sus sitios de reproducción.
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Esta especie, clasificada “En Peligro” por el Ministerio del Medio Ambiente, nidifica en cavidades naturales asociadas a costras salinas en pleno desierto de Atacama. Sus colonias reproductivas hoy están en riesgo no solo por proyectos energéticos y colisiones con tendidos eléctricos, sino por una amenaza silenciosa: los vertederos ilegales.
Basurales que bloquean nidos y atraen depredadores
De acuerdo con la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC), en sectores como Caleta Buena se han detectado vertederos ilegales de ropa y basura dentro de la misma colonia reproductiva. Estas acumulaciones bloquean los nidos y dispersan microplásticos, además de atraer perros, gatos y roedores que depredan sobre los adultos y sus crías.
La situación es especialmente grave en las afueras de Alto Hospicio, donde se ubican algunos de los llamados “cementerios de ropa” más grandes del mundo. La ropa, proveniente principalmente de Estados Unidos, China y Europa, llega a Chile como desecho y, en gran parte, termina acumulada ilegalmente.
“El bloqueo de nidos y la atracción de especies exóticas generan una presión adicional sobre una especie que ya está en peligro”, explica Pablo Gutiérrez Maier, médico veterinario e integrante del Programa de Conservación del Norte Grande de la ROC.
Un problema que va más allá de la fauna
Chile consume en promedio 32 kilos de textiles por persona al año, lo que significa más de 572 mil toneladas de residuos anuales, según el Ministerio del Medio Ambiente. Este volumen ha convertido al país en uno de los mayores receptores de residuos textiles del mundo.
Para frenar el problema, el Ministerio trabaja en la inclusión del textil como producto prioritario dentro de la Ley REP 20.920, lo que obligará a productores y comercializadores a responsabilizarse del reciclaje y valorización de un porcentaje de sus productos. Sin embargo, expertos advierten que se requiere fiscalización efectiva, conciencia ambiental e impulso al mercado de reciclaje para evitar que estos desechos terminen en ecosistemas de alto valor biológico.
“Solo con un esfuerzo coordinado y sostenido entre organismos, comunidades y organizaciones será posible conservar a la especie”, enfatiza Gutiérrez.