Durante la última década, el mundo de la estética avanzó a pasos agigantados, y procedimientos poco invasivos, antes exclusivos para el rostro, se extendieron a zonas cada vez más específicas del cuerpo.
En ese escenario, marcado por la búsqueda de bienestar, comodidad y mejora de la imagen personal, la estética íntima ganó terreno tanto en mujeres como en hombres y, sin duda, uno de los tratamientos que más curiosidad y debate ha generado es el llamado scrotox.
¿QUÉ ES EL SCROTOX?
El scrotox es el nombre que recibe la aplicación de toxina botulínica tipo A, conocida popularmente como botox, en el escroto. Marca de España destaca que es "el tratamiento estético masculino más buscado del que casi nadie habla en voz alta".
El procedimiento se realiza mediante microinyecciones en la piel escrotal y, en algunos casos, en músculos asociados como el dartos o el cremaster.
La toxina botulínica funciona bloqueando la liberación de acetilcolina, una sustancia que permite la contracción muscular y la activación de las glándulas sudoríparas, por lo que su objetivo puede ser estético y/o funcional: suavizar la apariencia arrugada del escroto, lograr que los testículos cuelguen de forma más relajada y reducir la sudoración excesiva en la zona.
Los efectos suelen durar entre tres y seis meses, de forma similar a otros tratamientos con botox y, según la evidencia médica disponible, los efectos secundarios son leves y transitorios, como inflamación, enrojecimiento, hematomas y pérdida transitoria de la sensibilidad.
Sin embargo, en el ámbito experimental, estudios en animales encendieron algunas alertas, ya que la aplicación de toxina botulínica en zonas cercanas al aparato reproductor puede alterar la espermatogénesis y disminuir parámetros espermáticos.
Si bien estos resultados no aplican directamente a humanos, sí permite cuestionar o plantear dudas sobre la seguridad reproductiva a largo plazo.
Los expertos coinciden en que este tipo de procedimientos debería evaluarse caso a caso, idealmente en consulta con un urólogo y no sólo desde una mirada estética.