Desde las alturas del Cerro Pachón, en la Región de Coquimbo, el Observatorio Vera C. Rubin ha comenzado a cambiar la forma en que miramos el universo. Equipado con la cámara digital más grande del mundo, de 3.200 megapíxeles, este telescopio ya está entregando imágenes impresionantes que permitirán estudiar en tiempo real fenómenos como supernovas, agujeros negros supermasivos, estrellas variables, asteroides y cometas.
LEE TAMBIÉN EN CONCIENCIA 24.7:
- Dr. Nicolás Pereira: chileno recibe el mayor premio mundial en microcirugía
- Telescopio James Webb capta su primer planeta: sería como Saturno y orbita una estrella joven
- Científicos las investigan: esferas naranjas halladas en la Luna revelan secretos volcánicos
Pero con cada noche de observación surgen también enormes desafíos: el Rubin generará cerca de 10 millones de alertas astronómicas diarias, un volumen de datos equivalente al correo electrónico acumulado de más de 83.000 personas.
Förster y ALeRCE
Para enfrentar este tsunami de información, existe un equipo chileno que jugará un rol clave. Se trata de Francisco Förster, astrónomo del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, quien lidera ALeRCE (Aprendizaje Automático para la Clasificación Rápida de Eventos), el único broker astronómico chileno seleccionado para procesar estos datos en tiempo real.
“Necesitamos herramientas automáticas que utilicen procesamiento masivo de datos e inteligencia artificial para manejar este volumen de información”, explica Förster. “Por eso se crearon siete brokers: tres en Estados Unidos, tres en Europa y ALeRCE en Chile”.
Información de valor en tiempo real
ALeRCE recibe millones de alertas cada noche, las clasifica con algoritmos de inteligencia artificial y distribuye la información procesada a astrónomos de todo el mundo. Gracias a este trabajo, los científicos podrán reaccionar rápidamente ante eventos astronómicos como explosiones de estrellas, comportamientos inusuales en agujeros negros o cambios en estrellas variables.
“Detectar estos cambios en tiempo real permitirá a los telescopios de seguimiento observarlos al instante, analizar sus espectros y entender mejor su naturaleza”, agrega Förster.
Una revolución tecnológica desde Chile
El impacto de las primeras imágenes del Rubin fue inmediato. César Fuentes, también astrónomo de la Universidad de Chile, subraya que la tecnología del Vera Rubin permitirá “crear, cada tres días, un verdadero video del cielo completo”, capturando cambios noche a noche, desde supernovas hasta asteroides jamás vistos.
“Cada imagen tiene más de 3.200 millones de píxeles y se obtiene cada 40 segundos. Es un salto sin precedentes en la astronomía”, comenta Fuentes.
Bernardita Ried, candidata a doctora en Astrofísica en la Universidad de Stanford y colaboradora en la U. de Chile, destaca que la cámara del Rubin “es capaz de cubrir 10 grados cuadrados en el cielo, equivalente a juntar 45 lunas llenas. Para mostrar una sola de esas imágenes en tu televisor ultra HD, necesitarías ¡400 pantallas!”
El Observatorio Rubin puede reposicionarse en solo cinco segundos gracias a sus tres espejos móviles. La enorme cantidad de datos que produce se libera para que astrónomos de todo el mundo puedan estudiar los secretos más profundos del cosmos.
“El Rubin es una revolución tecnológica a la altura del legado de Vera Rubin”, concluye Ried.
Con científicos chilenos como Francisco Förster al mando de proyectos como ALeRCE, Chile se posiciona en la vanguardia de la astronomía mundial, siendo parte fundamental de esta nueva era de descubrimientos cósmicos.
